"Esta será mi oficina ahora".

Luna se quedó paralizada. Después de un rato, abrió los ojos con alegría. "¿Estás aquí para trabajar?".

Alice le lanzó una mirada irritada. "¡Por supuesto!".

Alice no sabía por qué Joshua había insistido de repente en mandarla a trabajar en el departamento de Luna, ¡y como su asistente! Ella había dormido tan profundamente esa mañana cuando, de repente, Joshua la despertó y le exigió que fuera a trabajar. Por supuesto, se sintió frustrada, pero no se atrevió a protestar.

Lo que más molestó a Alice fueron las instrucciones de Joshua. Él le había informado de antemano que pasara lo que pasara, ella tendría que obedecer las órdenes de Luna.

Lo peor era que Joshua no le permitía atribuirse el trabajo de Luna una vez terminado el proyecto.

Alice no lo entendía. Ella era la esposa del Director Ejecutivo, ¡por el amor de Dios! ¿Cómo podía trabajar como una humilde asistente? ¿Y nada menos que para Luna?

Aunque su puesto oficial era de asistente, Alice sa