En la encimera todavía había algunos platos que no habían sido colocados en la mesa del comedor.

Luna recobró el sentido, se dio la vuelta y entró en la cocina. Sacó con cuidado cada plato.

En un abrir y cerrar de ojos, la pequeña mesa del comedor estaba llena de platos.

Había cuatro platos y una sopa. Era un festín.

Joshua se quedó en el mismo sitio, mirando los platos en la mesa y a Luna ocupada preparando la mesa. Su corazón se apretó un poco.

En aquel entonces, cuando él y Luna Gibson aún estaban juntos, ella le preparaba un festín casi a diario y esperaba a que él llegara a casa.

A veces, ella incluso esperaba hasta la mitad de la noche. Cuando él llegaba a casa, ella se quedaba dormida junto a la mesa del comedor o acostada en el sofá.

En ese entonces, aunque él decía que ella no le gustaba, al verla así, se emocionaba mucho.

Luego, la llevaba arriba. Él hacía que el mayordomo recalentara la comida y luego se la comía solo en la mesa del comedor.

Aunque los platos eran c