En el informe médico de Rianna durante el embarazo se leía que su embarazo había transcurrido sin incidentes y que podía someterse a un parto vaginal normal como estaba previsto.

Sin embargo, fue Adrian quien insistió en que se le hiciera una cesárea.

Además, los médicos también dejaron constancia de que habían advertido a Adrian de las complicaciones que podía tener un parto por cesárea debido al estado de Rianna, y de que la operación conllevaba un alto riesgo de muerte, pero Adrian no cedió.

El día de la operación, Rianna estuvo a punto de morir en la camilla, como predijeron los médicos, pero afortunadamente su hermana Eanne llegó justo a tiempo y consiguió salvarle la vida.

Rianna seguía viva hasta ese momento, pero el informe médico final documentó que había muerto por complicaciones quirúrgicas.

Con eso, una serie de fotos del funeral de Rianna aparecieron en pantalla, incluyendo imágenes de Adrian llorando como si fuera un niño que había perdido su juguete favorito.

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