Como ella ya sabía que llamaban del Centro de Diagnóstico de ADN, Rachel contestó y puso el altavoz para que Gwen también pudiera escuchar.

La voz robótica de la operadora sonó: "Ya le enviamos una copia digital del informe de ADN a su correo electrónico, pero sí necesita el documento original, no dude en pasarse por nuestro centro para recuperarlo en cualquier momento".

"Gracias", contestó Rachel antes de colgar.

Al hacerlo, miró instintivamente a Gwen.

La cara de Gwen se enrojeció de emoción y expectación, pero no hizo ningún movimiento para entrar en la habitación de Rachel.

Por muy emocionada que estuviera, Gwen seguía siendo cautelosa para no sobrepasar su bienvenida.

¿Cómo podía alguien soportar hacerle daño a una mujer tan vulnerable?

Rachel suspiró, agarró a Gwen de la mano y tiró de ella hacia la habitación. Luego, encendió el portátil.

Gwen se sentó en la silla, con la espalda recta como una barra, y estaba tan expectante que no sabía dónde colocar las manos.

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