Malcolm colocó el vaso vacío sobre una mesa cercana y le respondió: "Está deliciosa".

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que él probó una limonada tan buena.

La última vez que disfrutó del lujo fue antes de que lo echaran de Ciudad Mercantil y tuviera que depender de la ayuda de Thomas.

Thomas lo había acogido como subordinado, pero él trataba mal a sus empleados. Malcolm tuvo que obligarse a sí mismo a comer y beber la asquerosa comida que se le proporcionaba todos los días, ¡o se habría muerto de hambre!

Malcolm no pudo evitar sentir lástima por sí mismo al pensar en esto.

A pesar de que Thomas había prometido acogerlo, éste no lo trató nada bien y, en cambio, lo obligó a trabajar como esclavo.

Según Thomas, pasar desapercibido era la mejor opción que ellos tenían. Malcolm tenía que trabajar y sufrir como un subordinado en silencio hasta que, finalmente, cuando todos en Ciudad Mercantil olvidaran su verdadera identidad, él le daría una nueva identidad como Lucifer Ho