Thomas curvó los labios en una sonrisa y miró a Nellie. "Yo también quiero tener mi propia hija, pero por desgracia, las circunstancias no me lo permitirán, así que...".

Él apoyó su barbilla y fijó la mirada en el rostro de Luna. "Esperaba poder conocer mejor a Nellie durante el período de nuestro contrato, Señorita Luna. No te preocupes, tan pronto como termine nuestro contrato, no me involucraré en la vida de su hija o la tuya".

Luna frunció el ceño cuando escuchó eso.

Ella no estaba familiarizada con los antecedentes de Thomas Howard, y si supiera que él quería trabajar con ella por Nellie, ¡no habría ido a conocerlo!

Aunque el hecho de tener a una celebridad tan famosa como el embajador de sus productos sería el honor de su vida, ¡no utilizaría a su hija como palanca!

Al pensar en esto, Luna dejó escapar un suspiro y se puso de pie. "Lo siento, Señor Howard, pero mi hija es la niña de mis ojos. Lamento decirle que nuestra relación sólo es comercial, y nunca utilizaré a mi hija