Joshua tenía razón. Malcolm no podía abandonar Ciudad Mercantil por su cuenta en ese momento.

Por lo tanto, en lugar de intentar escapar desesperadamente con temor a ser inevitablemente capturado por Quentin, era mejor que él buscara a su padre.

Después de todo, tanto la Abuela Quinn como Quentin eran personas religiosas, y ellos seguramente no se atreverían a perturbar la paz de un santuario tan sagrado.

Tan pronto como ella pensó en esto, Luna no pudo evitar lamentarse: "Nunca pensé que Malcolm fuera tan inteligente".

"No fue él, fui yo". Joshua curvó los labios en una sonrisa de satisfacción, atrajo a Luna hacia sus brazos y le dijo impasible: "Yo le di esa idea".

Luna se congeló por un momento, y luego frunció el ceño. "¿Por qué lo ayudaste?".

Ella ya había sido clara con Malcolm el día anterior sobre su rechazo a ayudarlo, así que ¿por qué Joshua lo ayudó en secreto y le dio la idea de buscar refugio en la iglesia de su padre?

A decir verdad, Luna no podía esperar a ver cóm