Sin embargo, Bonnie no sabía de qué otra manera ella podía hacer que Jim comprendiera su dolor, y mucho menos hacerle recordar los momentos que ellos estuvieron juntos.

Ella se sentía confundida y totalmente impotente.

El hombre, que ella amaba ya no la reconocía y, en cambio, su mente estaba llena de falsas ilusiones de otra mujer e incluso llegó a herirla con sus crueles palabras.

Ninguna mujer ordinaria sería capaz de tomar esto con calma.

Bonnie no era diferente. Después de todo, ella sólo era otra mujer ordinaria...

Al ver que Jim estaba a punto de irse, Bonnie dejó escapar un suspiro y reunió la poca fuerza que le quedaba para perseguirlo. Luego, ignorando el insoportable dolor de su abdomen y su dedo roto, ella abrazó a Jim por detrás y le preguntó: "¿Leíste la nota que te di esta mañana?".

Ella estaba usando toda la fuerza que podía reunir para envolver sus brazos alrededor de su cintura esbelta. "Ya te dije. Si investigas las fechas que te escribí, podrás averiguar si es