"¿Ambos fueron expulsados de sus familias?".

"Así es". Malcolm no tuvo ni la oportunidad de continuar lo que pensaba decir cuando escuchó que Jim colgó la llamada telefónica sin dudarlo.

Al otro extremo de la línea, Malcolm cerró los ojos con impotencia al escuchar el tono de marcar.

"¿Cómo te fue?". Heather, que sostenía a Riley en sus brazos, se acercó a él. "¿Qué dijo Jim?".

Malcolm le lanzó una mirada fría y arrojó el teléfono al piso. "Él no está dispuesto".

La actitud de Jim fue suficiente para demostrar todo.

El teléfono aterrizó en el suelo con un fuerte golpe que sobresaltó a Riley, quien empezó a llorar. Heather frunció el ceño y apretó los dientes mientras intentaba sacudir a la bebé con frustración para que se durmiera. "¡Cállate la boca!".

"¡No debimos haber robado esta bebé! Ahora, estamos sin dinero y solo podemos vivir en esta casa alquilada, ¡y aun así tenemos que cuidar a esta bebé de un mes!".

Heather no quería más nada que ahogar a la bebé hasta la muerte en