"Señor, se encuentra muy herido; usted mismo lo sabe. El doctor dijo que necesita descansar. No puede permitirse otro percance, de lo contrario...". No hacía falta decir el resto de sus palabras.

Lucas permaneció en silencio durante unos momentos. "O... puede preparar la propuesta, y yo me encargaré de que se haga realidad. No tiene que preocuparse por las tareas que se me asignen, lo sabe, ¿verdad?".

Con el rostro pálido y sin sangre, Joshua se recostó contra la cabecera de la cama, y una sonrisa leve colgaba de las comisuras de sus labios mientras decía: "Igual me preocupa. Soy el único que sabe lo que le gusta y lo que no le gusta a Luna. Además...". Él levantó los labios y continuó diciendo: "En las últimas semanas, ella ha sufrido mucho por mi culpa, tengo que organizarle esta fiesta personalmente...". Dicho eso, él se sentó erguido e hizo un movimiento para bajarse de la cama.

Lucas miró su tez pálida y sus labios blancos como la tiza y apretó los dientes. "¡Llamaré al doct