- Esto no es un sueño, Bárbara. Es real. Y mañana estarás sobrio y, lamentablemente, es posible que no recuerdes nada de lo que sucedió aquí.Saqué sus manos de mi corbata y me alejé.- ¿Esta con hambre? Yo pregunté.- Sólo tu.¡Mierda! Tendría que ser muy fuerte para no quitarle la ropa y besar cada centímetro de su piel antes de follarla con todas mis fuerzas.Me di la vuelta y respiré hondo. Nunca he usado la bebida de una mujer para sacar provecho de mí mismo, aunque he sido abusado mucho por ellos debido a mi condición de beber demasiado.Se movió en la cama y volví, quitándole los zapatos para que se sintiera más cómoda.- Duerme, Bárbara.- Solo si es contigo. Acuéstese de mi lado.Suspiré y me quité el zapato, acostándome a su lado lo más lejos que pude. Se dio la vuelta hacia mí, riendo mientras levantaba el pecho, tratando de apoyarse en sus brazos, apenas capaz de mantener sus ojos fijos en los míos.- Me gusta soñar contigo - dijo. - Amo tus ojos.- Te adoro. - Le toqué la
- Sí. Dormido. Luego le voy a dar un baño y le voy a preparar unos analgésicos, porque el dolor de cabeza va a ser grande...- Por supuesto.- ¿Cuándo se va? Me escuché preguntar.- La idea es salir mañana.- ¿Irás? Entonces ella no va sola?- No... Viajes entre amigos. Cada uno con un objetivo diferente... Y el de ella es tratar de olvidarte.- No entiendo por qué Bárbara huye de estos putos sentimientos... Confieso que siento que ella tiene sentimientos profundos por mí... Tanto como yo por ella.Un breve silencio de nuevo antes de reanudar la palabra:- ¿Sentimientos profundos? - se rio. “No puedo creer que estés parafraseando a Barbara y sus locas teorías sobre el amor. Porque eso es lo que ella usa para no decir la palabra "amor".- ¿Y dónde entra Sebastián en esta historia? - Toqué el tema que tanto deseaba.- Sebastián no entra en esta historia. No de la manera que piensas, te lo aseguro.- Entonces la posibilidad de que vayas a su país... ¿Es remota?- Yo diría vacío, Thor. No
No recuerdo haberla visto tan susceptible a mí desde que nos conocimos. Bárbara siempre trató de mantenerse fuerte y estable, pero también tenía sus debilidades. Y beber podría ser uno de ellos.- Nunca volveré a beber vino... Nunca, en toda mi vida. Me duele la cabeza... Y todo da vueltas... Demasiado rápido.La llevé a la ducha y abrí la ducha, dejando correr el agua fría. Ella gritó y trató de alejarse tan pronto como sintió el agua.Le quité la ropa, tratando de no ponerme dura. Pero era imposible.- ¿Hagamos el amor ahora? Ella arqueó una ceja burlonamente.- Luego. – me escuché decir.Joder, ¿quién eres tú, Héctor? ¿Cuándo en tu vida te has negado a que una mujer desnuda te quiera?La cosa es que ella no era una mujer cualquiera. Ella fue la mujer de mi vida, la única que amé y no sé si sentiría por otra como yo sentí por ella.La empujé suavemente bajo la ducha y terminó aceptando el agua helada. Le tomó casi cinco minutos apretar el tubo de champú, sin parecer saber cómo hacer
Tan pronto como abrí los ojos, me dolía la cabeza, como si tuviera un cuchillo clavado desde el cráneo hasta la frente.Miré a mi alrededor y reconocí la suite B. Norte, en la que había estado con Héctor hacía algún tiempo. ¿Cómo llegué allí?Me senté y miré alrededor. No había señales de nadie allí. Y si cerraba los ojos, sólo vería a Héctor frente a mí y la leve impresión de haber estado con él... Recordé su voz apacible y delicada... Su mano en mi rostro, con ternura.Miré hacia un lado y vi tres pastillas en una bandeja, al lado de un vaso con una botella de agua y una rosa roja, ligeramente florecida, saliendo de un capullo perfecto. Un boleto:Toma los analgésicos y te sentirás mejor. Espero que tengas al menos vagos recuerdos de todo lo que me dijiste anoche. Antes de que me quieras matar por encontrarte desnuda, te juro que no pasó nada, salvo unos cuantos besos, a los que no pude resistirme.Tenía muchas ganas de que te quedaras, pero como sé que eso no sucederá, te deseo un
Desearía poder hablar más con Anon, pero mi cabeza nunca ha estado tan confundida en mi vida. Era una mezcla entre querer ir ya la vez quedarme que no podía explicar. Fuertes sentimientos que llegaron a doler dentro de mí al mismo tiempo que el miedo me perseguían de una manera que nunca antes había visto.Si Héctor siguiera siendo ese hombre libertino y sin carácter que vi hace unos meses, sería fácil decirle adiós. Pero el nuevo Héctor que estaba conociendo era tan dulce y amable que me dieron ganas de tirarme a sus pies, haciendo exactamente lo que él quería.¿Por qué la vida había sido tan cruel conmigo? ¿Por qué apareció Jardel hace tantos años? ¿Cuál es su propósito en mi vida? ¿Mostrarme cuán horrible puede ser un hombre y destruir la parte buena de mí que aún existe?Muchas veces pensé que había venido a hacerme crecer. Pero ahora lo dudaba. Jardel vino a acabar conmigo y arruinar hasta mi futuro.Mi corazón decía: ¡Toca, Bárbara! Héctor es el amor de tu vida. Te quedaste con
Yo sufría con eso, al mismo tiempo que veía crecer a nuestra María Lua dentro de la barriga de mi mejor amiga.Por la noche, Ben y yo le contábamos cuentos a la pequeña dentro de la barriga de mamá, que por la noche nos cantaba canciones de cuna y nos dormía a todos con su dulce voz."Eres mi brillo de sol My único brillo de solMe haces feliz cuando el cielo está grisNunca sabrás, querida, cuánto te amoPor favor, no me quites mi SunshineNuestro sol, Maria Lua, fue la razón de nuestras vidas. Ciertamente no podía tener un hijo, pero ya amaba a ese bebé como si fuera lo más importante en mi vida.Cuando hablamos con ella, vimos que la barriga de Salma se contraía, como respondiendo.Se revolvió dentro de mamá cuando comíamos pizza por la noche, viendo películas.Los ultrasonidos fueron el evento más popular de la semana. Había ropa especial para ver y grabaciones de teléfonos celulares.A Maria Lua no le gustó la voz de Ben, porque cuando cantó Your are my Sunshine ella no se movió.
- Gracias por la sorpresa. Nos encanta la recepción. - Gracias.- Yo no lo hice. Acabo de tener la idea.- ¿Y quién lo hizo? - Estaba curioso.- Esta persona aquí. – mostró Milena junto a él en la pantalla.- Milena? Sentí que mi corazón latía más rápido. - Ustedes están...- Juntos. - Mostró su dedo anular, que tenía un anillo.- ¡Dios mio! No puede ser.- Gracias, Cupido. Ella sonrió sinceramente.- No sabes lo feliz que estoy por ti.- Y yo por Sebastián tengo una hermana que cambió las cosas entre los Casanova y Perrone... Al menos por ahora. Rodó los ojos.- ¿Y tu madre? - Yo pregunté.- Ella no sabe.- Pero pronto lo sabrás. – se justificó Sebastián.- Pero... ¿Estás en Noriah North?- No. Estamos en mi apartamento en Italia.- ¿Viviendo juntos?- No... No exactamente. Pero pronto, sí. – dijo Milena, mirándolo. – Estuve en Noriah North hasta ayer. Organicé tu apartamento y luego volé directamente aquí. Y así somos.- Amor en un transbordador aéreo, al menos con escalas. - Yo jug
- ¿Su casamiento? - Salma se rió.- Cada boda toca Macarena en la fiesta. Así que mis damas de honor y yo vamos a empezar a ensayar con antelación.Empecé a bailar, haciendo los gestos que ya me sabía de memoria y siguiéndolos.- ¿Tú también te casas, Ben? Espero que no sea cerca de la boda de Sebastian y Milena. – me burlé.- ¿Con quién te vas a casar? – preguntó Salma, curiosa.- Con Tony - dijo serio - Me voy a Italia.Ambos dejamos de bailar.- ¿Como asi? Yo pregunté.- Esperaré a que nazca Maria Lua e iré tras mi hombre. A la mierda su prometida puta. Recuperaré lo que es mío. No puedo vivir sin el desvalido.Lo abracé con fuerza:- Así es como hablas. Estoy orgullosa de ti.- ¿Y para qué fue nuestro viaje, después de todo? – preguntó Salma, mientras volvía a bailar juguetonamente. - ¿Desde que te dejamos para alejarte de Tony e ir con él?- A disfrutar de nuestro bebé... Y puedas descansar y descansar. Después de todo, he vuelto aún más loco por Tony, y sé que tan pronto como Ba