32. Ella no está
—Envía a un peón al castillo para que busque al príncipe André y le informe. También envía mensajeros a las casas de Matías y Arturo; quizás ella esté con alguno de ellos —ordenó, cuando en ese momento uno de los guardias irrumpió en la casa.
—Lord Villacrés, lo solicitan con urgencia en el palacio —dijo el guardia, jadeante.
Héctor pensó que Serena podría estar allí.
—¿Qué ha ocurrido? —preguntó.
—El ejército enemigo se ha acercado demasiado a la ciudad. El general ha ordenado la movilización de tropas, y el Rey ha convocado al consejo de guerra, además de a su consejo personal —explicó el guardia con preocupación.
La noticia solo agravó el pánico de Héctor.
—Reitera las órdenes, Perla. En cuanto terminen de verificar si está con Arturo o Matías, que vengan al palacio a informarme. Yo mismo avisaré al príncipe André —agregó mientras se preparaba para partir. Su mente no dejaba de imaginar las posibles causas de la desaparición de Serena.
Y, antes de salir:
—Y Perla, si Serena regresa,