—¿Cómo has estado todo este tiempo Sabrina?

—Bueno Maximiliano como ya me ves, pues bien con mi barriga creciendo cada mes

Maximiliano se sentía un poco incómodo, pero aún así continuó conversando con Sabrina, de pronto ella le dice:

—¿Entonces te casaste cierto? ¿y qué tal te va con tu esposa?

—Sí sobrina, me casé, con una mujer a la que amo inmensamente y gracias a Dios nos va muy bien

—Qué bueno me alegro mucho por ustedes y me dijeron que también está embarazada ¿cierto?

—Sí, estamos esperando a nuestra hija, pero no creo que vinimos aquí para hablar sobre mi vida ¿cierto? Ni sobre mi esposa, así que por favor, no hablemos más de ello, realmente quisiera saber ¿por qué me mentiste aquella noche en la que estuvimos juntos?

—No sé de qué estás hablando Maximiliano ¿en qué dices que te mentí?

—Sabes de lo que te estoy hablando Sabrina, esa noche me dijiste que te estabas cuidando con pastillas anticonceptivas y ahora llegas aquí después de casi nueve meses a decirle a mi madre que es