Miguel continuó diciendo: pero como tu hermana le había dicho que no, porque todavía se estaba recuperando y era mejor estar en un ambiente sano como la hacienda, me dejo solo.

Melany en ese momento le dijo, pues no te cases entonces y dile a tu madre que no quieres hijo y mucho menos casarte y listo.

Miguel le respondió, pero no conoces a la señora Carmenza, si yo le digo que no me quiero casar, es capaz de hasta matarme y desde que murió mi padre está más insoportable que nunca.

Y la verdad, no quiero decirle que no, ya que yo sé que eso la decepcionaría mucho y por ahora sé que está feliz por lo del tema de los nietos y lo de mi matrimonio, por eso te dije que te casarás conmigo.

Melany le dijo: —Te pregunto: ¿qué daño te he hecho yo a ti, para quererme hacer ese mal?

Acaso no vez que no creo en el matrimonio y además no nos conocemos, ni siquiera somos amigos, vine a ver que te pasaba porque te vi solo y me pareció raro verte en un lugar tan ruidoso como este.

Luego se levantó y l