Maysun no tenía palabras. Realmente, quería reemplazar a Sabrina y convertirse en la esposa de Sebastian. Sin embargo, no le dijo esta intención a Sebastian. Por un momento, tampoco sabía cómo debería contestarle a Sebastian. “Yo…”.

“Bebe conmigo”, dijo Sebastian de manera borracha.

“Yo no puedo beber…”, dijo Maysun.

Ella podía beber un poco, pero nunca esperó a que Sebastian le pidiera beber con él. Maysun no sabía que debía hacer. Continuó tartamudeando: “Yo…”.

“¡Siéntate! ¡Bebe unas cuantas copas conmigo!”, ordenó Sebastian de nuevo. Él incluso agarró su muñeca. La mano de Sebastian era muy fuerte. Se aferró a ella como un alicate, y la hizo imposible moverse. Sin embargo, Maysun estaba saltando de alegría en su corazón. Su muñeca al fin era sujetada en la palma de su mano. La sensación era diferente.

La cara de Maysun se puso toda roja. “Yo… Está bien”.

Aunque se suponía que iba a beber con Sebastian, Maysun no bebió en absoluto. Era Sebastian quien estaba bebiendo. Estaba