Maysun no tenía palabras. Realmente odiaba el hedor que tenía encima. De lo contrario, ella hubiera podido haberse juntado con Sebastian ese día. Rose estaba absolutamente en lo correcto. Sebastian estaba en su punto más débil y estaba sintiéndose lo más vacío en el momento. Este era el mejor momento para aprovechar la situación y arremeter, pero desafortunadamente, ella estaba cubierta de hedor. ¡Odiaba esto! ¡Odiaba esa m*ldita niña, Aino!

Maysun ya había pensado que a Sebastian le gustaba mucho su hija. Pero en ese momento, Maysun de repente descifró por qué Sebastian no dejó a Aino tener el apellido Ford, sino que la dejó tener el apellido de su madre. Resultaba que Sebastian no aceptaba a esta niña. ¡Ja! Por lo tanto, Maysun realmente ya no sería amable.

“Tú… ¡Vete! ¡No puedo soportar… tu hedor! ¡Vete!”. Sebastian se cayó al piso.

Maysun no se acercó a Sebastian de nuevo. Se puso de pie y se fue. Justo cuando salía de la sala donde se llevó a cabo el velorio, vio a dos sirvie