Cuando Delmont vio la apariencia de Eirwen con el pelo desordenado y un cuchillo en la mano, la odio incluso más. "Mírate. ¡Ni siquiera te pareces en lo más mínimo a una jefa! ¡Eres simplemente una pueblerina! Nuestro negocio se está desarrollando y creciendo, ¿cómo podría estar un pueblerino como tú? Si no quieres divorciarte, ¡me separaré de ti por dos años! Siempre y cuando hayamos estado separados por dos años, ¡el tribunal nos concederá el divorcio!".

"¡No me importa divorciarme! Sin embargo, ¡la fábrica es toda mía!", dijo Eirwen furiosa.

Delmont se burló. "Eirwen, dije que eras una pueblerina, ¡pero tú no lo admitirás! Déjame decirte esto entonces. ¡Ya es mucha consideración decir que eres una pueblerina! ¡Eres simplemente una arpía del campo!".

"¡Fui forzada por ti!", dijo Eirwen.

Delmont se burló. "¿Acaso no querías la fábrica? ¡Aquí la tienes! ¡Tómala toda! ¡Realmente eres una p*rra viciosa! No olvides lo difícil que fue para ti en ese entonces. No tenías un esposo, eras