Sebastian se quedó sin palabras. Pasó un largo silencio. Sebastian y Holden solo se habían visto dos veces en total. Holden había huido la primera vez que se vieron. Luego, Sebastian solo vio desde lejos. Ellos ni siquiera intercambiaron una palabra. Ahora, Sebastian realmente no sabía qué decir.

"¡Di… algo! ¿Por qué no dices nada? ¡Di algo! ¡Hijo de p*ta!”. Holden maldijo histéricamente y enojado. “Sé que eres un hombre vicioso y cruel. En la Ciudad del Sur, eres simplemente un hombre dominante e insistente. Sé que tienes mal genio y puedes destruirme hasta matarme fácilmente pisoteando tu pie. ¡Vamos entonces, ven y destrúyeme! ¡Destrúyeme hasta la muerte!”.

Sebastian seguía sin decir nada.

"¡Di algo! ¡Hijo de p*ta!”. Cuando maldijo eso, Holden claramente no tenía en mente que ambos tenían los mismos padres.

Sebastian finalmente habló de manera ligera en un tono tan tranquilo como si estuviera recitando poesía a altas horas de la noche. "Adelante, te escucho".

"¡Eres un cobarde!