La pequeña niña se había despertado por las ganas de ir al baño en medio de la noche. Después de que fue, ella vagamente escuchó una voz en el sonido que parecía la de su padre. Al principio, Aino pensaba que provenía de la habitación de sus padres. Sin embargo, vio que la puerta estaba ligeramente abierta y que solo su madre estaba durmiendo profundamente allí. Aino no quería molestar a su madre. Ella caminó de puntillas descalza y salió al balcón en cambio. Efectivamente, era su padre quien estaba en el teléfono. Escuchó a su papá mencionar su nombre y también escuchó que su nombre parecía ser mencionado al otro lado de la línea. Aino tenía mucha curiosidad, por lo tanto, llamó a su padre detrás de él.

Sebastian volteó la cabeza y vio a su hija, vestida con un pijama de estampado floral, de pie detrás de él, descalza. Él extendió su mano y la abrazó en sus brazos. “No es nada, cariño. Ve a la cama".

“¡Aino! ¡Aino! ¿Es Aino?”, gritó Holden emocionado al otro lado de la línea tan pro