Marcus nunca había conocido a su tía.

En el año en que ella se escapó de casa, él aún no había nacido.

Aún así, cuando miro sus ojos, simplemente se le escapó sin pensarlo.

Sin embargo, cuando abrió la puerta y salió de su coche apresuradamente, aquel par de ojos no se encontraban por ningún lado.

'¿A dónde fue?'.

Marcus miró a su alrededor y en todas direcciones.

No obstante, no pudo ver la figura desaliñada de antes.

Una anciana con una canasta pasó por casualidad junto a Marcus, murmurando para sí misma. “No sé qué está pasando en esta intersección. Ayer, una niña estaba aquí llorando y gritando por su madre, ese grito fue tan desgarrador…”.

Marcus preguntó: "¿Qué dijo, Señora?".

La anciana continuó diciendo: "Hoy, alguien estaba aquí llamando a su tía".

Después de decir esto, la anciana no miró a Marcus; ella solo se alejó cojeando con su canasta.

Marcus se quedó solo y de repente las lágrimas se deslizaron por su rostro.

'¡Tía!'.

'¿Podría ser que ella sigue viva?,

'