Sebastian le habló sin rodeos al Viejo Amo Shaw: "Viejo, sabes perfectamente que no importa lo que digas sobre mí, no te culparé, ¿verdad?". "¡Así es!". El Viejo Amo Shaw gritó enojado: “¡Sé muy bien el tipo de persona que era tu madre, Grace Summer! ¡Era una mujer con un gran carácter! ¡Ella sería incapaz de criar a un hijo sin principios ni límites! ¡Es imposible que su propio hijo no sepa cómo pagar la amabilidad de alguien!”. Sebastian guardó silencio.“Sebastian, te he visto crecer. ¡Sé incluso mejor que tú qué tipo de temperamento tienes! Puedes sangrar, perder un pedazo de carne, romperte la cabeza y tratar a tus enemigos sin piedad. Sin embargo, también eres un hombre de palabra y eres leal”.Lo que decía el Viejo Amo Shaw era cierto.Sebastian era un hombre leal.Al ver que Sebastian no pronunció una palabra, el anciano continuó diciendo: “Si no fueras leal, ¿cómo podría ser tan estrecha tu relación con Alex de la familia Poole? ¿Cómo podrías ser tan cercano con Kevin
"Señor Ford, por favor, responda a nuestra pregunta. Si no puede responderlas, haga que su esposa salga un momento”."Señor Ford, escuché que su esposa vivió con la familia Lynn durante ocho años y, sin embargo, ¿no puede demostrar su agradecimiento ahora?”. "Señor Ford…". Mientras miraba a los reporteros haciéndole preguntas sin temor alguno, Sebastian tuvo el impulso de asesinarlos a todos.Su teléfono volvió a sonar en ese momento.Lo tomó y vio que era el Viejo Amo Shaw quien lo llamaba.Sebastian respondió de inmediato, con su tono tan tranquilo como siempre. "Hola...". “Sebastian, ¿viste a los reporteros en tu puerta?”, preguntó el Viejo Amo Shaw.Él preguntó: "¿Están todos aquí bajo tus órdenes?". El Viejo Amo Shaw contestó: “Les dije que la ley no logra dominar a la multitud. Mientras ataquen en grandes grupos, no les podrán hacer nada. Además, me tienen como su apoyo, por lo que pueden hacerte cualquier tipo de preguntas de manera imprudente”.Sebastian guardó si
Cuando la pequeña salió de puntillas de la habitación, vio como el guardia llamaba a Sebastian.Sebastian bajó utilizando el ascensor.La niña que vestía un pijama de flores logró escabullirse por las escaleras antes de que la puerta se cerrará.La Tía Lewis y Sabrina, que estaban detrás de ella, dijeron al mismo tiempo: "Aino, ¿qué estás haciendo?".Aino ya había bajado las escaleras.La Tía Lewis, que ya era una señora mayor, no pudo alcanzarla.La fiebre de Sabrina ya había disminuido, pero su cuerpo había quedado débil después de haber tenido fiebre durante todo el día de ayer. Solo dio dos pasos y ya no pudo mantener el ritmo.Sin embargo, ella también bajó las escaleras.Allí también estaban Yvonne y Ruth, quienes estaban sentadas en la sala de estar.También bajaron las escaleras, una tras otra.La pequeña niña, Aino, tenía extremidades ágiles, por lo que era muy rápida cuando corría.Ella iba al frente, y las personas detrás de ella no consiguieron alcanzarla.Despu
Los reporteros se quedaron sin palabras. Los reporteros y los curiosos espectadores se quedaron sorprendidos por las palabras de aquella niña. La niña tenía el cabello desordenado, dos ojos grandes y oscuros, una cara pequeña y redonda, y un cuerpo pequeño propio de una niña de seis años. Llevaba un pijama de flores y unas pantuflas rosas de conejo. Se veía realmente adorable. Era adorable y obediente, y eso hacía que los corazones de las personas alrededor se llenaran de calidez y se derritieran. La niña miró a los periodistas con inocencia y seriedad. Al ver que no decían nada, Aino continuó: "Mi madre tuvo fiebre por todo un día. Si hacen ruido aquí en la garita, la despertarán. Soy la hija de mi madre. Mi madre les debe un riñón. Puedo pagarlo por ella". Los reporteros se quedaron sin palabras. En ese momento, alguien que pasaba entre la multitud no pudo evitarlo y habló. "Es la
La persona indigente apartó un poco la mirada y luego asintió. "Sí". La mujer también mostraba una expresión de simpatía en su rostro. "Es realmente lamentable que una mujer esté sin hogar y vagando por las calles. Hay tantas cosas en el mundo que son injustas para las mujeres". Después de hacer una pequeña pausa, continuó: "Esa chica al principio era muy feliz. Escuché que se casó con el hombre más rico de Ciudad del Sur. Este es el vecindario más lujoso de Ciudad del Sur. La familia de tres estaba muy feliz, hasta que se toparon con este incidente". La indigente volvió a preguntar: "¿Qué incidente?". "Me enteré de que su hermanastra tiene uremia y necesita un trasplante de riñón. Quieren sus riñones, pero ella no está de acuerdo, e incluso los medios de comunicación han venido a buscarla. Dicen que no tiene conciencia y que se limita a ver desde lejos cómo alguien muere". La indigente volvió a preguntar: "¿La chica que fue obligada a donar sus riñones se llama...
Sabrina había seguido a Aino durante todo el camino. Se tambaleó cuando llegó frente a Sebastian, pero éste la sostuvo entre sus brazos. Sebastian se inclinó hacia sus oídos y le dijo: "Sabrina, escucha. Date la vuelta y regresa inmediatamente. No dejes que te vean los reporteros y no salgas de casa durante estos días. Me ocuparé del asunto de los reporteros y también de los comentarios en línea, me encargare de todo lo antes posible". Sin embargo, Sabrina miraba a su hija con los ojos muy abiertos. ¡Su hija de seis años! Esa mirada sincera pero indefensa. Esa mirada obstinada y a la vez lamentable. Aquellos grandes y redondos ojos se llenaron de lágrimas, sin embargo, se obligó a contenerlas y a no dejarlas salir. Se estaba enfrentando sola a decenas de reporteros. Todavía era una niña. Solo tenía seis años. ¿Qué tan cruel estaba siendo Dios con Aino? Sabrina escuchó que Aino le decía al reportero: "Yo pagaré los riñones que les debe mi madre". Cuando Sabrina
"Hija, mi hija, yo... no me atrevo a aparecer frente a ti". "¿Cómo podría hacerlo si me veo tan impresentable?". "Solo quería observar de lejos. No quiero perturbar tu vida. Mi hija....". Justo entonces, Sabrina no pudo escuchar esto. Solo pudo proteger a Aino con fuerza en sus brazos. En ese momento, Yvonne y Ruth también llegaron. Las dos se posicionaron a los lados, protegiendo a Sabrina en el centro. Yvonne miró con los ojos muy abiertos al grupo de reporteros. "¿Siquiera son humanos?". Ruth dijo sin rodeos: "Si alguien quisiera tus riñones, ¿lo aceptarías? Piensen en todo de antemano como si les pasara a ustedes mismos". Uno de los reporteros se burló: "Usted es la Señorita Ruth Mann, ¿verdad?". Ruth se rio junto con él. "¡Alguien realmente sabe mi nombre!". "La otra persona es la Señorita Yvonne Yates, ¿cierto?". Yvonne levantó la cabeza y miró al reportero: "¿Qué intentas hacer?". El reportero preguntó: "Ambas son amigas de Sabrina, ¿verdad? Por decirlo de
Sebastian preguntó: "¿Todos esos reporteros fueron enviados por usted?". Al otro lado, el Viejo Amo Shaw lo admitió sin rodeos: "Así es, Sebastian. Te tienen miedo, pero eso también dependerá de quién los respalde. Ahora soy yo quien lo hace. Piénsalo, desde que regresaste de Isla Estrella, ¿quién en Ciudad del Sur no sabe que soy tu benefactor?". "Además, ¿quién no sabe que es imposible que tú, Sebastian, me pongas las manos encima?". "Por lo tanto, mientras yo los respalde, no tienen nada que temer". "Ser capaces de informar sobre una primicia tan jugosa que involucra al director del Grupo Ford y su esposa, es una gran oportunidad que se presenta una vez en la vida para ellos. La jugosa primicia de Sabrina y tú vale más que las de las estrellas de cine". "Además, las recompensas que les di fueron bastante lucrativas". "Como dice el dicho: ¡el dinero habla!". Por el contrario, Sebastian se tranquilizó cuando escuchó al Viejo Amo Shaw hablar con tanta lógica. Esperó a