—Carlos me duele— grité.
—Alejandra estas sangrando — escucho decir a Danesa casi en un grito, bajo mi vista hasta mis piernas y confirmo lo que acaba de decir, la sangre baja a chorro por mis piernas; volví a subir la mirada hacia Carlos que parece estar en un pequeño transe.
—Carlos has algo; me duele. —Grite con las pocas fuerzas que me quedaban haciéndolo reaccionar.
El dolor es insoportable, no dejo de sentir la sangre bajando por mis piernas, ya no puedo sostenerme más y caigo al suelo.
Señor
que NarraAlejandraYa hace tres días me dieron alta en la clínica, mis padres, mi hermano y su esposa, Carolina estuvieron aquí, estaban todos muy preocupados, aunque les dije que no era necesario que vinieran que el bebé estaba bien.La estamos pasando genial aquí en Italia; Maximiliano y Erika son muy simpáticos, me agradan mucho.Carlos esta muy feliz aquí, por lo que veo se siente en casa; me encanta verlo feliz y sonriendo todo el tiempo. Si el me lo pide, consideraría vivir aquí.Carlos acaba de salir vinimos por vacaciones pero él dijo que
Te enamoras de las pequeñas cosas de alguien, como el sonido de su risa o la manera en que brillan sus ojos cuando habla de algo que ama.Amo escuchar a Carlos hablar a licores, cuando sonríe es como si el tiempo se detuviese, cuando me abraza por la espalda, cuando habla con Maximilian, cuando me besa, amo cada cosa de él, cada jodida estupidez que hace, cada vez que me hace enojar pero más aun cuando hace o dice algo lindo.Si les soy honesta el Carlos que esta hoy durmiendo junto a mi no es el mismo arrogante con el que choque en la puerta librería. Puedo decir que lo he llegado a conocer y a entender. Puedo decir que “
NarraDanesaAlejandra y Carolina me arreglaron fantástica, me encanta como le veo. Alejandra me presto su auto para venir a la fiesta, lo he conducido antes pero me encanto llegar en el para así no tener que llamar para que vengan por mi por si es muy tarde.Al llegar a la casa de mi amigo Darent que fue quien me invito, decenas de autos estaban estacionados a lo largo de la calle y en los patios delanteros de las casas, me estacione en un espacio que quedaba en el patio delantero de la casa de Darent, la musica esta tan alta que se escucha desde afuera.Al bajar del auto todos vieron que llegue con cervezas lo que provoco que iniciaran a gritar mi nombre, hicie
NarraAlejandra...Despierto por un intenso frío que siento, abro los ojos lentamente. Ya esta nevando, amo el invierno.Me paro en la ventana para ver la nieve caer, acariciando mi vientre.—Maxi, esta nevando bebé.Suspiro — Vivo soñando en tus ojos... Ya quiero verte crecer, quiero abrazarte en mi pecho, entregarte mi amor con todo mi ser.«Muero por tocar tu pequeñas manitos, hacerte mimos, tenerte entre mis brazos; te amo pequeño. Quien lo diría 
Dos semanas. Dos semanas son las que llevó saliendo con Darent, dos semanas en la que he disfrutado sus labios, su compañía, sus palabras.—Dany ¿Por qué sonríes tanto? ¿La señorita Alejandra ya regresa? — pregunta Thomas sentándose en mis piernas.Nicuentamehabíadadoqueestabasonriendo.—No pequeño, Alejandra llega mañana junto con el señor Carlos.—Genial.— empezó a dar saltitos por toda la estancia. No sé si es por Al
NarraDanesa...Alejandra ya tiene dos semanas que regreso y aún no le he contado que estoy saliendo con Darent, me siento mal porque se que cuando se entere se va a enojar pero no sé como decírselo. Yo no quiero ocultarle lo que esta pasando porque tarde o temprano se terminara enterando y no quiero que piense que soy malagradecida, no después de todo lo que ha hecho por mi, por Thomy.—Te noto distraída— dice Darent logrando sacarme de mis pensamient
NarradorambulanteEn el instante que Alejandra dijo que rompió fuente, el señor Buggatti y su hija le ayudaron a llegar a su auto. El señor Carlos sabia que no había tiempo que perder, es realmente importante que lleguen rápido al hospital.El padre de su esposo le pido la llaves de la camioneta, luego de saber a que clínica se dirigían la puso en marcha.—Señorita por favor llame a mi esposo, mi celular esta en ese bolso— le pido Alejandra, tomando grandes bocanadas de aire.
NarraAlejandra...Cuando rompí fuente no grite por miedo, grite de emoción porque ya iba a conocer mi hijo. No me di cuenta de lo que pasaba hasta dos horas después, cuando las contracciones eran seguidas cada minuto, una tras otra.Me sentí como una fiera, trate de cerrar los ojos para sentirme mejor pero el dolor era mortal.Me movía, gritaba, estaba hirviendo en fuego.Ya en la tina mi dula me indico que debía pujar, pero no supe como hacerlo, tomando en cuenta que me leí más de veinte libros