Narra
DanesaAlejandra y Carolina me arreglaron fantástica, me encanta como le veo. Alejandra me presto su auto para venir a la fiesta, lo he conducido antes pero me encanto llegar en el para así no tener que llamar para que vengan por mi por si es muy tarde.
Al llegar a la casa de mi amigo Darent que fue quien me invito, decenas de autos estaban estacionados a lo largo de la calle y en los patios delanteros de las casas, me estacione en un espacio que quedaba en el patio delantero de la casa de Darent, la musica esta tan alta que se escucha desde afuera.
Al bajar del auto todos vieron que llegue con cervezas lo que provoco que iniciaran a gritar mi nombre, hicie
NarraAlejandra...Despierto por un intenso frío que siento, abro los ojos lentamente. Ya esta nevando, amo el invierno.Me paro en la ventana para ver la nieve caer, acariciando mi vientre.—Maxi, esta nevando bebé.Suspiro — Vivo soñando en tus ojos... Ya quiero verte crecer, quiero abrazarte en mi pecho, entregarte mi amor con todo mi ser.«Muero por tocar tu pequeñas manitos, hacerte mimos, tenerte entre mis brazos; te amo pequeño. Quien lo diría 
Dos semanas. Dos semanas son las que llevó saliendo con Darent, dos semanas en la que he disfrutado sus labios, su compañía, sus palabras.—Dany ¿Por qué sonríes tanto? ¿La señorita Alejandra ya regresa? — pregunta Thomas sentándose en mis piernas.Nicuentamehabíadadoqueestabasonriendo.—No pequeño, Alejandra llega mañana junto con el señor Carlos.—Genial.— empezó a dar saltitos por toda la estancia. No sé si es por Al
NarraDanesa...Alejandra ya tiene dos semanas que regreso y aún no le he contado que estoy saliendo con Darent, me siento mal porque se que cuando se entere se va a enojar pero no sé como decírselo. Yo no quiero ocultarle lo que esta pasando porque tarde o temprano se terminara enterando y no quiero que piense que soy malagradecida, no después de todo lo que ha hecho por mi, por Thomy.—Te noto distraída— dice Darent logrando sacarme de mis pensamient
NarradorambulanteEn el instante que Alejandra dijo que rompió fuente, el señor Buggatti y su hija le ayudaron a llegar a su auto. El señor Carlos sabia que no había tiempo que perder, es realmente importante que lleguen rápido al hospital.El padre de su esposo le pido la llaves de la camioneta, luego de saber a que clínica se dirigían la puso en marcha.—Señorita por favor llame a mi esposo, mi celular esta en ese bolso— le pido Alejandra, tomando grandes bocanadas de aire.
NarraAlejandra...Cuando rompí fuente no grite por miedo, grite de emoción porque ya iba a conocer mi hijo. No me di cuenta de lo que pasaba hasta dos horas después, cuando las contracciones eran seguidas cada minuto, una tras otra.Me sentí como una fiera, trate de cerrar los ojos para sentirme mejor pero el dolor era mortal.Me movía, gritaba, estaba hirviendo en fuego.Ya en la tina mi dula me indico que debía pujar, pero no supe como hacerlo, tomando en cuenta que me leí más de veinte libros
Maximilian, ya tiene un mes de nacido, es una ternurita; las primeras semanas mi madre, la señora Laurent y mi cuñada estuvieron ayudándonos a Carlos y a mi con él pequeño porque debo admitir que aunque me Lei más de veinte libros sobre bebés, Carlos y yo somos un desastre.Despertamos a las 5 am, yo le cambie el pañal y volvió a dormir a las 6 am, hace unos 30 minutos volvimos a despertar con los llantos del pequeño, Carlos lo alimento, lo baño y ahora lo esta cambiando.—Carlos ¿Ya terminaste con él bebé?— pregunto entrando al cambiador.—Eso creo, lo veo bien.Ven de lo que hablaba, hasta l
Alejandra...—Ale, te toca...— escucho a Carlos decir entre los gritos de Maxi.—No, yo lo dormí.—Y yo me levante a las cuatro de la madrugada a alimentarlo— se quejo.—Yo lo lleve en mi vientre por nueve meses, engorde, me salieron estrías, se hincharon mis pies, lo di a luz; y a ti te molesta levantarte a las siete de la mañana a cambiarlo.— me cubrí la cabeza con las sabanas blancas.A los pocos segundo sentí como se movió y salio de la cama.
—Dane estaba aquí hace unos instantes.—Pero ya no esta— dije, más bien le grite; es de mi hermano de quién estamos hablando, mi responsabilidad, no dijo nada solo se dedicó a buscar a Tommy.Sigo mirando hacia todas partes pero nada; la desesperación y el pánico reinan en mi en estos momentos; tendremos que llamar a seguridad para que nos ayude a encontrarlo.—¡Danesa!— escucho a mi espalda, creó que nunca había estado tan feliz de escuchar mi nombre, es mi pequeño; me giro para verlo y lo veo de la mano de un trabajador del lugar que por cierto conozco.—¡Thomas!— me arrodille para quedar a