Dos caminos un destinoCapítulo 56Matías Montenegro/ Ivanovich— ¡¿Nos vendiste?!— Hablo el mexicano exaltado— ¡Así es que quieres hacer las malditas pases con nosotros entregándonos a la policía!— ¿Qué? ¡No! Claro que no ¿Crees que a mí me conviene que ustedes estén presos?!— Si, es la mejor forma de acabar la guerra y tratar de apoderarse de nuestros territorios, solo así lo tendrías todo la tranquilidad de que no te vamos atacar ni a ti, ni a tu familia y que las mafias estarían sin un líder.Negué con la cabeza.— Tenemos que irnos ya — Me susurro Samuel al oido— ¡Claro que no imbécil!— Ignore a Samuel para centrar mi atención en el mexicano que por alguna razón extraña para mí, el estaba seguro de que era yo ¿Por qué? —yo caería con ustedes — Trate de hacerlos entrar en razón— ¡Esto si es la guerra! aprenderás por las malas que nosotros tenemos palabras y que lo que acabas de hacer es una bajeza.— Dijo para luego irse.Todos comenzaron a salir de la oficina para que no pudie
Alaia Miller MontenegroMatías pasó todo el viaje en silencio cosa que me preocupaba podía ver como su cabeza no paraba de trabajar pensando seguramente cuál sería el siguiente paso.No sabía mucho de lo que había pasado lo único que me había contado era que la policía había llegado por ellos cosa que me parecía bastante extraña no se supone que tenía personas infiltradas en cada una de las agencias porque nadie le había avisado lo que estaba pasando .Respire profundo mientras me levantaba y me acercaba a él.— ¿Estás bien? — le preguntó mientras acariciaba su rostro.Él me miró de forma detallada frunciendo el ceño por su actitud es como si tratara de buscar algunas reacciones en mí.¿Qué estaba sucediendo?— Si, es solo que sinceramente no sé qué hacer en este caso no sé cómo debo actuar nunca me había pasado algo como esto y ahora realmente es mucho más peligroso que antes no te mentiré.Eso era algo que tenía claro.Lo que realmente me preocupaba era que la policía supiera quién
Matías Montenegro/ IvanovichAl llegar a Rusia, bajamos al avión me ayudé a mi esposa a hacerlo con cuidado.La nostalgia llegó en mí apenas pisé el país que siento es mi país natal, aquí recuerdo haber estado toda mi vida aunque no haya nacido aquí.Fue en este país en donde viví los mejores años de mi vida, Y aunque no todavía ha sido perfecto Me encantaba poder haber regresado y no regresar sola Ahora regresaba con una esposa y con un bebé en camino a visitar la tumba de mi padre pero lo Haría cuando mi bebé naciera, así podría llevarlo y que al menos supiera dónde está ubicada la tumba de su abuelo.Nos subimos a la camioneta que yo nos estaba esperando y esto nos llevó directamente a la mansión. Alaia estaba totalmente dormida.No podía culparla el viaje había sido sumamente largo y si eso le sumamos que ninguno de los dos había podido dormir en toda la noche y todo lo que había pasado en la mañana.Una vez que llegamos a la que una vez fue a mi casa cargué a Alaia, la llevé a la
Alaia Miller IvanovichCuatro meses despuésSonrei cuando sentí una pequeña patada de mi bebé, hace un mes había comenzado a sentir Y aunque me había emocionado Matías era el más emocionado de los dos había pasado horas tocando mi panza y hablándole al bebé de lo mucho que lo esperábamos hacer aún no sabíamos si era niño o sería niña y es que el pequeño no se dejaba ver.Había conseguido otra doctora gracias a Dios apenas tenía dos meses cuando llega a Rusia y le expliqué cada cosa que la doctora anterior me había explicado lamentablemente no tenía los ecos ni tenía todo lo que me había dado en papel pero todo lo que ya había entendido se lo había explicado a ella para que ella pudiese entender de igual manera ella me había mandado hacer exámenes y todo de nuevo para tener constancia de todo lo cual sinceramente me alegraba, me daba tranquilidad saber que mi bebé estaba en buenas manos.Me levanté de la tumbona en la que estaba para dirigirme al despacho de Matías.Habían pasado tanta
Alaia Miller Ivanovich— Entonces ahora algo será diferente?— Le pregunte a la doctora quien aún seguía buscando quizás un tercer bebé en mi barriga supongo que esta vez quería asegurarse de que si eran dos solamente.Mi corazón latía sumamente fuerte de la emoción.Voy a tener mellizos justo como lo soy yo.— ¿Tienes algún miembro de tu familia que sean mellizos o gemelos?— Pregunto.— sí, de hecho me entré hace No mucho tiempo que yo tengo un hermano mellizo— le comenté dando la información extra que ya no tendría que saber y que yo no debería de haberle dado pero se lo termina diciendo.No me culpen es la emoción.— Oh, bueno, eso tiene sentido.Quitó el aparatico de mi vientre y me tendió servilletas para que pudiese limpiarme me limpié y me levanté con ayuda de Matías quien no había dicho palabra solía ser el más hablador en este tipo de consultas pero hoy estaba muy silencioso.Supongo que estaba digiriendo la noticia de que sería papá de dos y no de uno.Tendríamos a un varón y
Alaia Miller IvanovichNo podía evitar mover mis manos contra mi pierna, aquello por alguna razón me daba un poco de tranquilidad respire profundo dejando de hacer aquel movimiento para colocar ambas manos en mi barriga sentir a mis bebés moviéndose me tranquilizaba aún más me daban calma el saber que al menos ellos estaban bien.No sé cuánto tiempo tenía en este lugar. Sentí que las horas habían pasado o quizás solamente había sido minutos.Me sentí tan frustrada por el hecho de que yo no podía hacer nada para ayudar que no había podido hacer nada para proteger lo que ni siquiera me había dado cuenta de que había sido él quien había recibido el disparo.Me levanté y comencé a caminar de un lado para otro.Me dijo a mí misma que iba a salir bien que nada le iba a suceder que le iba a salir bien y que ya iban a salir los doctores a decirme que podía entrar a verlo.—¿Sra?Me giré y vi a Gustavo ahí de pie junto a Sara, Sara se acercó a mí corriendo y solamente me aferré a ella para lue
Alaia Miller IvanovichNo sé cuánto tiempo había pasado desde que el doctor había venido sentía que el tiempo se me iba extremadamente rápido mi padre había llegado hace al menos 20 minutos con ocho personas que trabajaban para nosotros, habían entrado y habían donado toda sangre el doctor había vuelto a entrar al quirófano diciendo que y bueno seguir operando a Matías.Y aquí seguía yo con los nervios de punta esperando alguna respuesta positiva.Me sorprendí ver a Gustavo entrar con una ropa totalmente diferente, Sara y yo nos miramos por un segundo pero ninguna de las dos palabras dichas, ambas sabíamos el por qué venía con ropa diferente a la que se había ido aún así ninguna de los dos dijo. nada.Gustavo me hizo señas que todo estaba bien así que supuse que había conseguido lo que necesitaba.Lo que Matías necesitaba para sobrevivir.Vi como Gustavo pidió hablar con el doctor y luego como el doctor solía ambos hablaban decidieron no acercarme y mantenerme aquí en esta silla había
Matías Ivanovich"Miré a lo lejos aquella hermosa mujer con aquellos ojos azules que miraban a todo de forma inocente impresionable.¿Qué pasaría si me acercara a ella?Cuando estaba nada de acercarme vi como Alexander lo hacía mal dije internamente al ver como mi estúpido sobrino me había quitado la oportunidad con la mujer de mi vida.Respira profundo tratando de calmar mi ira quedándome aún mirándola para ver en qué oportunidad podía acercarme a ella.— buenas noches— saludo a una mujer a mis espaldas ni siquiera me tomé la molestia de girarme a verla no valía la pena quitarme los ojos encima de Alaia para mirarla a ella — Hola? ¿Acaso no me escuchas?— su tono de voz me decía lo irritada que estaba porque la estaba ignorando pero realmente no me importaba, ni siquiera quería que estuviera aquí, por mi podía largase.Alguien obstaculizó mi visión lo que me hizo subir la mirada para ver a la mujer frente a mí.— apártate por favor— la tomé de la cintura y la moví solo un poco mal dij