La miré con detenimiento por un segundo tenía un vestido bastante recatado de color negro tenía algunas joyas y realmente parecía verso bastante inocente o quizás era yo que lo pensaba. Recuerdo que Carla solía decir que a mí me faltaba malicia que por eso era que todos se burlaban de mí porque solía ser ingenua y que eso me jugaba en contra. — ¿Y qué es lo que pienso? Le pregunté. — Sé que piensas que soy una casa fortunas pero no lo soy realmente sí me enamoré de William Rey levemente. Ella le hizo seño un mesero para que se acercara tomó una copa de champán y la acercó a mí la uní de forma delicada para que no sonara de forma fuerte ambas tomamos un trago. —realmente no lo pienso— sí había mentido Pero qué podía decirle sí apenas te vi junto a ese hombre tan mayor que podría ser incluso tu abuelo pensé que eras una casa fortuna y que definitivamente se lo estabas con él por su dinero— para mí el amor no tiene edad y no importa lo que digan los demás—tenía que aprender a deja
La gala había pasado bastante tranquila habíamos bailado, comido y nos había tocado sentarnos con Williams y con Micaela por petición de ella. Si, ellos serán los anfitriones. Y el que ella le hubiera pedido a su esposo que nos cambiara de asiento solo significaba que realmente le había caído bien lo cual era bueno para Matías al menos eso quería creer si era como él había dicho. — Matías te molesta si Alaia dona su primer baile?— mi esposo no tenía muy buena cara en cambio Williams parecía bastante divertido con la pregunta de su esposa quién me había dado cuenta era bastante extrovertida y parecía no darle pena absolutamente nada— No pongas esa cara por favor di que sí, es para cáritas, piensa que hay muchas personas que necesitan ese dinero— reía Al escuchar Cómo trataba de convencer a mi esposo. — Si, ella tiene razón — Dije, apoyándole. Me pareció bastante divertida esta situación. — Si ella quiere, está bien. Ella chillo poquito y bajo rei, ambas nos levantamos y caminam
Cuando se hizo algo tarde Matías y yo decidimos que era momento de regresar a casa había seguido no contarle lo sucedido y no estaba segura si hablarle a Sara y contarle lo que había pasado realmente quería saber parte de la historia quería saber si ella realmente sabía sobre su hermano o si aquella historia era cierto pero preferí que luego le preguntaría a Samuel él sin duda era la persona indicada para decirme qué estaba pasando y que si debía ayudar a Alejandro a acercarse a Sarah. No había dudas de que Samuel tenía mi lealtad y es que después de todo lo que me había ayudado en todo este tiempo no merecía menos que eso. El camino a la casa Matías me contó todo lo que había sucedido y lo bien que se había llevado con William al parecer el señor le agrada bastante la personalidad de Matías el Cómo él era seguro de sí mismo iba con genial como muy con Micaela. A la mañana siguiente Matías y yo desayunamos juntos por primera vez. Como el día anterior salimos juntos hacia la ofici
Luego de aquella pequeña reunión que había tenido con Samuel me dirigió a la casa de Sara sabía que estaba ahí puesto que hoy era su día libre. Sara al igual que yo tenía un trabajo que realmente le gustaba mi amiga había estudiado para ser diseñadora de modas y realmente es confeccionaba unas prendas preciosas aunque no le gustaba que supieran su nombre de diseñadora todo era bastante anónimo lo cual me parecía muy curioso supongo que no quería que la gente pensara que todo lo que estaba logrando era gracias a su padre crear su propio imperio, su propia marca, dejar su huella en el mundo, y aquello solo me había hecho sentir orgulloso de la amiga que tenía. Sin duda había escogido bien aquella amistad. Toqué el timbre de su casa mi amiga no tardó en abrirme sonrío enorme al verme sobre todo al llegar con golosinas y helado. Aquello que aquella noche había buscado al salir que no había regresado con él. — Pensé que estarías en tu nuevo trabajo con tu nuevo esposo—dijo mientras m
— ¿Sí? ¿Quién es? — Pregunto apenas atendió el teléfono. — Oh disculpa soy Alaia.— Le dije tratando de sonar lo ma tranquila posible que no pudiese sentir mis nervios. — Alaia — Su voz sonaba alegre al escucharme quería creer que le caía bien y quizás aquello podría ayudarles. Le caería bien a los dos. Sarah me hacía seña para que colgara pero no lo haría. — Hola, quería invitarte a pasar la tarde con Sarah y conmigo, si puedes claro. Un silencio se hizo en la línea y por un segundo pensé que había colgado. —Está bien —Susurro. — Bien te enviaré la dirección para que vengas, te esperamos en una hora? —Sí, está bien. Colgué y rápidamente le envié la dirección — ¿No qué hiciste? Sarah se veía nerviosa y desesperada, quise reírme pero sabía que no era momento para eso. Tenía que calmarla y ser su apoyo en este momento. — Sarah tienes que calmarte él no parece ser una mala persona y quiere convivir contigo sé que tú quieres convivir con él además yo voy a estar aquí y te pr
— Oh Alaia— Mi padre fue el primero en levantarse para acercarse a mi y saludarme. Doble los ojos mientras dejaba que lo hiciera. — No esperamos encontrarte aquí — Dijo mi madre mientras también se levantaba y se acercaba a mi, beso mi mejilla rápidamente. Bufe. — Que extraño que digas eso porque si no recuerdas aquí vivo— Me aleje de ellos y me acerqué a mi esposo, me coloque detrás de el. Mis padres me miraron de una manera que sinceramente no supe descifrar, no sabía que tantas cosas negativas estaba pensando en mi madre de mi. — Pensamos que estarías tan vez gastandote el dinero de tu esposo— Dijo mientras soltaba el veneno, sonreí de lado.— Ahora que tienes dinero a tu disposición pensé que estarías de compras. — Si, yo no soy Carla...madre, yo soy Alaia y mi me gusta hacer cosas diferentes en vez de gastar dinero en ropa que jamás usaré, invierno o trabajo en mi futuro y luego no estar pensando a quien debo quitarle dinero La cara de mi madre lo dijo, todo yo por otro l
Vi a mis padres irse del despacho escuché a mi madre decirle a mi padre que había sido una mala decisión aquella que había tomado ya mi padre decirle que confiar en él. Me pregunto qué pasará si mi padre queda en bancarrota. Aún no lo sabía pero estaba segura que era algo que pronto contemplaría. — ¿Feliz?— preguntó Matías dándose la vuelta para poder mirarme senté en sus piernas mientras lo miraba fijamente a los ojos— Era eso lo que querías ¿No? — no lo sé— Fui sincera — una parte de mí quiere que fracase quiero quedarme con esa empresa quiero que sea mía todo lo que un día me negaron quiero que sea mío quiero tenerlo todo y que ellos lo vean pero otra parte siente que simplemente estoy siendo mala y que yo no soy de esa manera— qué es lo que quería escuchar de él? No lo sé quizás que era normal todo lo que estaba haciendo. — no importa lo que quieras hacer mi amor — colocó su mano en mi rostro y esta vez acarició mi nariz sonreí y cerré los ojos disfrutando de su caricia, ama
Había pensado en las cláusulas necesarias para que por ningún motivo él pudiera esquivar aquello de entregarme la empresa. Había puesto como número uno que tenía que pagarme absolutamente todo lo que le iba a prestar en ese momento en un mes y medio como él lo había mencionado. No quería escucharlo decir que primero me iba a pagar una parte y luego iba a pagar otra tenía que aprovechar mi ventaja y era que lo conocía sabía cuáles mentiras podía decirme para tratar de embaucarme sabía cómo se manejaba él y esa era mi gran ventaja. Luego de colocar todas las cláusulas que eran necesarias y que el abogado me recomendó él se había retirado para poder imprimir y mandarme traerme el documento Gerardo era alguien nuevo en la empresa al parecer era hijo del jefe del departamento de derecho de la empresa. Me había enterado que Matías no solamente había votado a la persona que se encargaba de finanzas para ponerme a mí también había votado al abogado en su momento para colocar a alguien de