Cuando salgo a la pasearla olvidó todos mis problemas. Solo existe la pasarela y yo. Mientras abro el desfile no puedo evitar sonreír. A pesar de mis diferencias con Vladimir, en este momento no me permito pensar en eso.Esta es mi noche. Trabaje mucho para llegar a aquí y nadie me va a quitar esa sensación. Dejo la pasarela y corro hasta el camerino a cambiarme no sin antes sonreírle a mis amigas que están a punto de salir.—Felicitaciones. Todo salió excepcional esta noche—Tamia habla una vez damos por terminado el desfile—Robert está satisfecho con el resultado.Tamia sigue hablando, pero en realidad no presto atención a lo que dice porque mis pensamientos están en Vladimir.Si. Después de calmarme, busqué algunas cosas para pasar la noche en la habitación de invitados y lamer mis heridas, en la mañana Salí lo más temprano que pude al Gim para evitar a Ivan. Cuando regrese al departamento me recibió el silencio, así que me cambie y me dirigí al hotel donde normalmente se realizan
—¿Segura que estás bien con que me vaya?— Vladimir me pregunta por quinta vez mientras prepara su maleta No. Pero no quiero sonar infantil, así que asiento—Sé que esto se escapa de tus manos y siento que tengas que lidiar con todo el desastre ocasionado por Andrea—estoy sentada en el borde de la cama observándolo.No ha mencionado algo sobre mis palabras anoche en la recepción del desfile y no sé qué pensar—Estaré aquí para la boda de tú amiga sin falta—promete y por primera vez no lo dice como si le fastidiara—Bien—digo sintiendo como una sonrisa se expande en mi rostro—Iré a hablar con Derek—digo mientras lo veo meter meticulosamente sus camisas en la maleta—Llámame si concretas algo—dice sincero antes de inclinarse y sorprenderme con un beso—Quisiera que pudieras venir conmigo—Yo también—Tengo trabajo. Ya perdí muchos días cuando me fui a Rusia la primera vezEsta faceta de Vladimir me gusta, anoche parecía pensativo, pero desde que despertamos en la mañana se está comportand
Uno pensaría que el reencuentro entre una madre con su hija seria como en las películas donde corren la una hacia la otra al emotivo encuentro.No puede estar más lejos de la realidad. Cuando me recupere de la sorpresa que sus palabras me causaron no sabía que pensar ella seguía diciendo que era la mujer que me abandono en un orfanato dos días después de nacer.No quería tener la conversación en el departamento mucho menos en medio de la calle. Por eso estamos sentadas en una mesa de la cafetería más cercana.—¿Que van a tomar esta tarde? —pregunta amablemente una de las camareras—Tráeme un capuchino y ya que supongo vas a pagar tú, también un trozo de tarta de nuez—¿Para ti? —pregunta la chica sin perder su sonrisa—Expreso —asiente y se va por nuestro pedidoRaquel busca en su bolso, saca una hoja y la coloca en la mesa frente a mi—Aquí esta. Es el acta de nacimiento y mi licencia de conducir—dice dándole a la hoja con su larga uña rojaSin decir nada. Me inclino, tomo la hoja y
Vladimir —No te ves muy bien muchacho—Zaria me mira seria cuando entro a la cocina después de un día largo de trabajo—Pero al menos estas temprano hoy—miro el reloj y veo que son las nueve—Tengo las cosas por buen camino—digo tomando asiento en el taburete de la cocina.Zaria amablemente me sirve un vaso con zumo—¿Quieres cenar? —niego ganándome una mirada brillante de su parte—Alan fue amable al Llevar algo para cenar— el chico es bueno.No se inmutó ni una vez por mis gruñidos desde que estaba trabajando conmigo y se encargaba de todo diligentemente. Tampoco parecía que quisiera irse a su país y estaba emocionado por ir al Astillero y ver de primera mano lo que hacemos—Creo que sería bueno que descansarás—si todo fuera tan sencillo pienso, pero asiento—Vamos, Zaria— irrumpe la voz de Yuri en la cocina— Mi sobrino es el digno hijo de su padre— sus palabras desbordan ironía. Quisiera darle un puñetazo— ¿Todo bien en el trabajo? —su sonrisa de autosuficiencia me cabrea—Por supue
Dejo mi maleta en la entrada del búlgaro que mi amiga asigno para Vladimir y yo. La brisa del mar me calma como de costumbre y sonrió ante la magnífica vista. El búlgaro me da la oportunidad de nadar un rato y como Vladimir no llegara hasta dentro de unas horas, puedo aprovechar el sol de Bahamas.Camino por el acogedor espacio que consta de una pequeña sala de estar, más allá hay una barra y verifico que hay un pequeño lavaplatos, un microondas, refrigerador y una neZaria de vinos que gracias a Dios esta surtida.Abro el refrigerador y aparte de agua embotellada hay algunos zumos, esto es obra de Lorena y Marcos para sus invitados. La habitación es abierta al salón y esta iluminada por el gran balcón que da acceso al agua. Toda la decoración en tonos blancos y beige, mientras el mobiliario es muy playero y cómodo. Unos metros más allá de la cama hay una puerta y al revisar encuentro un baño moderno con ducha bañera lavados dobles y un pequeño armario para guardar nuestras cosas.Desp
Vladimir me mira como si hubiera perdido la cabeza.—¿Qué? mierda ¡no! —su tono es exaltado y siento alivio ante sus palabras—Por mi mente no pasa divorciarme de ti.—Por ahora ¿cierto? —sé que lo estoy acorralando, pero necesito sacarlo—Sé que me metí en este matrimonio sabiendo que solo había una atracción física de tu parte —comienzo.Pongo mis dedos sobre sus labios cuando intenta decir algo—Déjame terminar por favor. Soy consciente de nuestro acuerdo, pero llegados a este punto. No sé si puedo seguir intentando que me ames como yo a ti y es mi culpa, tu siempre me has hablado con la verdad.Respiro profundo—Lo cierto, es que creo que merezco algo más que ser la compañera de cama de un hombre y la esposa trofeo frente a todos. Ya me cansé de ocultar mis sentimientos por temor a que todo se vaya a la mierda. Hoy, viendo a mi amiga feliz con su pareja me di cuenta de que yo también merezco esa felicidad y para ser sincera, no estoy segura de que tú puedas proporcionar esa felicida
Estoy sentada con mi mejor sonrisa viendo a mi amiga y a su ahora esposo en su primer baile como esposos. Después de anoche lo último que quiero es sonreír como si todo estuviera bien. Paso mis manos por encima de mi vestido de dama de honor amarillo para tener algo que hacer. cuando la mujer de la tienda nos sugirió el color para la boda en Bahamas, nos horrorizamos porque ¿a quien le gusta el amarillo? pero después de probarnos los vestidos straples corto adelante y largo en la parte de atrás Lorena quedo encantada y quiénes éramos nosotras para decirle que no a la novia. Sin embargo, no es por alardear, pero nos vemos bien. Mi cabello había sido recogido dejando mechones sueltos y llevaba puesto un lindo collar a juego con varias pulseras en mi muñeca y todo lo completaba mis delicadas sandalias negras.La boda había sido hermosa y mi amiga brillaba con su vestido blanco de escote en V profundo, la parte de arriba era una combinación de encaje y perlas, tenía una falda de chiffon s
Dejo mi maleta en la entrada del búlgaro que mi amiga asigno para Vladimir y yo. La brisa del mar me calma como de costumbre y sonrió ante la magnífica vista. El búlgaro me da la oportunidad de nadar un rato y como Vladimir no llegara hasta dentro de unas horas, puedo aprovechar el sol de Bahamas.Camino por el acogedor espacio que consta de una pequeña sala de estar, más allá hay una barra y verifico que hay un pequeño lavaplatos, un microondas, refrigerador y una nevera de vinos que gracias a Dios esta surtida.Abro el refrigerador y aparte de agua embotellada hay algunos zumos, esto es obra de Lorena y Marcos para sus invitados. La habitación es abierta al salón y esta iluminada por el gran balcón que da acceso al agua. Toda la decoración en tonos blancos y beige, mientras el mobiliario es muy playero y cómodo. Unos metros más allá de la cama hay una puerta y al revisar encuentro un baño moderno con ducha bañera lavados dobles y un pequeño armario para guardar nuestras cosas.Despu