Narrador.«Un paso a la vez», murmuraba Aslan en medio de la madrugada, mientras que desde su cama miraba al techo sin concentrar el sueño. Quiso pedirle a Ashley que lo dejara dormir a su lado, pero decidió que iría lentamente para no asustarla.—Será que la psicóloga sí tiene razón— dijo al aire,
Narrador. Aunque las palabras de Ashley debían de alegrarle el alma, notó que ella lo estaba tratando como a dos hombres distintos y él lo que buscaba era explicarle que no la lastimaría como en el pasado. —Siempre he sido este hombre Ashley—. Los ojos de Ashley se llenaron de lágrimas. —No, con
Aslan siempre sintió que algo no estaba bien, puesto que él es demasiado bueno con los coches para que de repente uno le fallara con la facilidad que lo hizo ese. —Sientes que hay algo Aslan, sabes que el tío Alonso no estará de acuerdo con que se abra esa investigación, estás consciente de que lo
Narrador. El abogado logró quitarle los documentos originales del departamento de Carla al hombre apodado el jefe, provocando que el hombre se tornara violento y gritara muy enfadado cuántas palabras amenazantes llegaron a su mente. —No soy igual que el idiota de William, yo les voy a hacer pagar
— Sé que volverás muy bien, eres más fuerte de lo que tu misma te imaginas… te amo Ashley, durante años viví para ti y por ti y seguiré dispuesta hacerlo; eres lo más valioso de mi mundo. La voz a Carla le salía con dificultad. —Lo sé mamá, muchas gracias. Ashley se acercó a ella y la abrazó,
Narrador. Continuación: —Que consté, que pedí permiso a la novia, ya que no quiero robarme la fanfarria que son para los novios…— hizo silencio por unos segundos. —Bueno. Los hermanos comparten todo, no importa que robe un poco de la atención que debía ser para mi hermano y mi cuñada. Oliver ar
Narrador.Todo estaba cayendo por su propio peso, Milena fue condenada a varios años de prisión, perdiendo de ese modo su libertad y su exitosa carrera como modelo internacional; matando ese hecho el deseo de venganza que tenía, ya que vio que lo único que había dejado su obsesión enfermiza por qued
—¿Usted no ríe nunca? — inquirió a medida que se acariciaba el vientre abultado.—Suelo hacerlo a veces— respondió despreocupado revisando la carpeta en sus manos.—Yo nunca lo he visto hacerlo, ¿es enemigo de sus pacientes que no es capaz de brindarle una sonrisa? —. Ashley colocó los dedos en form