La guardia de Liberty Hunt estaba en alto.

Ella preguntó fríamente: —¿A quién has oído decir que tengo tanto dinero? No he trabajado desde que me casé y no tengo ningún ingreso ......

—Lo que dijo tu suegra, Liberty Hunt, lo estoy pasando mal en los negocios, estoy perdiendo mucho dinero, he perdido todo el dinero que ganaba, no tengo dinero para dar la vuelta, puedes prestarme cien mil euros o así para dar la vuelta.

Liberty Hunt estaba exasperada y se reía.

Esa gente tenía la piel muy gruesa.

Molestando a ellas una y otra y otra vez.

—¿Alguna vez te has mirado al espejo, Mateo Hunt, qué grande es tu cara? Trataste así a mi hermana y yo, ¿y aún tienes el descaro de pedirme dinero? Sí, tengo más de cien mil euros, ¡pero no te los prestaré!

—Liberty Hunt, no te puedes hacer eso, de todos modos, somos hermano y hermana, ya ves, al principio vosotras dos hermanas eran demasiada tercas, no deje que la familia de su marido dar regalo monetario, la gente no gastó dinero para casarse contigo,