—No todos los electrodomésticos los compraste tú, así que no te andes metiendo con lo que no es tuyo.La madre de Hank Brown temía que Liberty también se llevara los electrodomésticos que ellos habían comprado.—Tía, cálmate. Si no lo compré con mi lana, ni siquiera lo tocaré. Si descubren que falta algo, pueden llamarme.La madre de Hank Brown soltó un bufido fríamente y dejó de hablar.Riiin, riiin...El celular de Hank Brown sonó.Era una llamada de su jefe. Al ver que era él quien llamaba, Hank Brown contestó rápidamente.No se sabía qué le decía el jefe por teléfono, sólo se veía a Hank Brown con el rostro serio, respondiendo repetidamente: —Jefe, ya acabé con mis pendientes, estoy regresando a la empresa para resolverlo. ¿Cómo es que cancelaron todos los pedidos? Jefe, no se preocupe, yo me encargo de todo y recuperaré esos pedidos.Después de colgar, Hank Brown les dijo a sus padres: —Papá, mamá, hay un asunto urgente en la empresa. Voy a tener que salir antes. Ustedes pueden to
Serenity paró el coche.—Seren, ¿todo va bien?Jasmine preguntó preocupada.—Muy bien.—contestó Serenity con una sonrisa.Liberty salió del coche, sacó la tarjeta de acceso para identificar mientras le decía al guardia de seguridad.—Voy a mudarme. Ellos son las personas que contraté para que me ayudaran con la mudanza.El guardia miró al montón de gente a la entrada y preguntó a Liberty.—¿Va a mudarse o derribar su casa? Y llevan tantas herramientas, ¿usted quería renovar la casa después de la mudanza?—Eso sí, de verdad voy a redecorar la casa.Pero no con su propio dinero.El guardia dejó de hacer preguntas.Siempre que no estaban aquí para pelear, no habría problemas.Tantas personas, lideradas por Liberty, marcharon hacia el Distrito de la Luz.Durante el camino, muchas personas se sintieron atraídas por esta gran situación y se detuvieron a mirar.—Liberty, ¿qué haces trayendo a tanta gente?Alguien que conocía a Liberty aprovechó para preguntarle mientras le saludaba.Liberty son
—Usted, ¿es el chófer de sustitución?Serenity se sorprendió al reconocer a Jim.Jim sonrió nervioso.—Antes le dejé mi tarjeta a su marido y le dije que si había algo que pudiera hacer yo, me lo informara. Puedo hacer todo lo que necesita siempre que me paga con suficiente dinero.Serenity no sospechaba que Jim mintiera cuando pensaba que no todos los días podía conseguir trabajo como chófer de sustitución y, era mejor hacer algo aparte que vagar todos los días.—Gracias.—De nada, a mí me paga por esto.Diciendo eso, Jim se apresuró a ayudar a un compañero a transportar el sofá.Jasmine preguntó a Serenity casualmente.—¿Conoces a ese hombre?—Sí. Vive en Brynfield, lo he visto varias veces. Suele trabajar como chófer de sustitución. En dos ocasiones, Zachary se emborrachó y fue él quien lo llevó a casa.—No sé que trabaja a tiempo parcial. Le pediré una tarjeta más tarde para pedirle el favor cuando sea necesario en el futuro. Me parece que es un hombre bastante fiable.La abuela May
Después de vaciar la casa de todo lo que se podía trasladar, lo que quedaba eran las cosas que Hank Brown había pagado, que no era mucho.Trasladaron los electrodomésticos que Hank había comprado a la puerta de la casa y luego empezó a destrozar las baldosas del suelo y a quitar con pala el polvo de las paredes.El ruido del taladro eléctrico, de romper las paredes y de los golpes compusieron una sinfonía chirriante.Lo único malo era que afectaba mucho a los vecinos de abajo.Liberty y Serenity se sentían avergonzadas y se apresuraron a ir a la frutería a comprar frutas para repartir entre los vecinos de arriba y de abajo, disculpándose y prometiendo terminar los trabajos antes de que oscureciera.Nadie se fastidiaría con una sonrisa. Las dos hermanas conocían bien a los residentes de arriba y de abajo y, con las frutas y las disculpas, los vecinos aguantaron el ruido, aunque fuera bastante molesto.En cuanto a las familias que tenían niños pequeños, como no podían soportar el ruido,
Zachary había dicho que no se atrevería a presentar a un hombre no destacado a Jasmine. Sus palabras eran bastante confiables.Josh sintió bastante pesar por no haber llegado en el momento adecuado.Miró hacia Jasmine, que había estado dirigiendo a todos para que desplazaran las cosas, vio a Josh y se acercó a él.—Hola, señor Bucham.—saludó con mesura.—Hola, señorita Sox.Josh le respondió una sonrisa y volvió a preguntar preocupado.—Señorita Sox, ¿se le ha pasado el resfriado?—Sí. Gracias por su preocupación.Serenity se retiró en silencio con Zachary, para que Josh y Jasmine pudieran charlar a solas.En privado, Serenity elogió a su marido.—Zachary, qué bueno es este colega tuyo. Parece que también es un líder en tu empresa, ¿no? Ultima vez cuando salisteis del hotel, le vi a él también.—Sí, también es un líder, en un puesto muy alto, y todo el mundo le llama el gerente Bucham.A continuación se acercó al oído de Serenity y le susurró.—El señor Bucham no me deja contárselo a nadi
Los momentos bulliciosos y animados en la tarde se calmaron al anochecer.Liberty Hunt se había gastado mucho dinero y esfuerzo en esta casa, y ahora había mudado todos los electrodomésticos que compró, pero no le cabían en su piso alquilado, así que decidió quedarse con algunas que usaba con frecuencia y, en lugar de mudar los otros a la casa de su hermana, las vendió con descuento.Era un adiós al pasado.Como el piso alquilado de Liberty aún no estaba arreglado y no podía cocinar, invitó a todos a cenar a un restaurante.Era también una celebración de su regreso a la libertad.Liberty estaba feliz de despedirse con su pasado, Hank Brown tampoco se quedó de brazos cruzados.Fue al piso alquilado de Jessica Yates a las nueve de la noche.—Cariño, ¿esto es todo lo que tienes?Hank vio que Jessica no tenía mucho equipaje y le preguntó mientras se acercaba a tirar de la maleta.—¿Está todo arreglado?—Vivo sola, así que no tengo muchas cosas. Todo está empaquetado y los que no necesito he
—¿En qué planta estamos?—En la planta dieciséis.Hank sacó la maleta de Jessica del coche, se la llevó y entró en el edificio con Jessica.En la sala del ascensor se encontró con un vecino al que conocía y, tras saludarse, el vecino le dijo.—Señor Brown, su esposa trajo un montón de personas para hacer la mudanza esta tarde, ¿por qué sigue viviendo aquí?—Ha venido a mudar sus cosas afuera.El veicno miró a Jessica y pareció entender algo.Después de dar una sonrisa a Hank, se marchó.Ahora entendía por qué el señor Brown había sido perseguido cinco calles por Liberty Hunt con un cuchillo la última vez, que este hombre había engañado a su mujer.Suponía que ellos también se habían divorciado.Liberty acabó de trasladarse por la tarde y Hank Brown volvió por la noche con otra belleza. Si no estuviera divorciado, no se habría atrevido a ser tan descarado.—¿Es que sabe algo?Jessica Yates era, al fin y al cabo, una amante de Hank que se convirtió en su novia, y siempre se sintía inquiet
¡Paf!El teléfono cayó al suelo y su pantalla se rompió.Hank se inclinó apresuradamente para coger el móvil, sin importarle la pantalla rota, y volvió a iluminar con su linterna todo lo que había en la casa.Jessica también sacó su celular y encendió la linterna para iluminar esta escena. Por no hablar de la falta de decoración lujosa, ni siquiera era comparable con una casa vacía.—Hank, ¿estamos en la casa equivocada?Jessica continuó preguntando, sin querer aceptar la verdad.Hank Brown contestó mientras entraba.—No puede ser. Si no es mi casa, ¿cómo pude abrir la puerta con mi llave?—Es mi casa, ¿cómo puede ser así? ¿Dónde están los electrodomésticos? ¿Son estos los únicos que quedan?Cuanto más Hank Brown miraba lo todo frente de él, más se oscurecía su rostro.Se paró frente a la mesa de comedor, que él lo compró.Una idea brilló en su cabeza.Hank lo comprendió.Era Liberty Hunt.—¡Es Liberty Hunt!Lo pensó y habló.—¡Ha destrozado mi casa!Hank dijo las palabras con inmensa r