Capítulo 3097
Sin decir ni una palabra, Catalina le dio una bofetada con toda la fuerza.

La bofetada dejó marcadas huellas dactilares en la cara de Giselle.

De la comisura de los labios de Giselle rezumaba sangre.

Catalina no creyó que fuera suficiente y cogió su bolso dándole golpes y llamándola puta.

Giselle no cedió y se peleó con Catalina.

Era domingo por la noche, todos los habitantes estaban en casa y las dos hacían tanto ruido que todos salieron a ver qué estaba pasando.

No se atrevieron a acercarse para impedirlas, pues no sabían lo que estaba pasando.

Catalina rasgó la sexy pijama que llevaba Giselle y maldijo: —¡Pura puta, seduciendo a mi marido, vete al infierno!

Los curiosos ya sabían que se trataba de pillar el adulterio.

Algunos sacaron inmediatamente sus celulares para grabar vídeos.

—¿Qué estáis haciendo?

Ricardo terminó de ducharse al oír el alboroto, salió corriendo y vio a las dos mujeres peleándose fuertemente.

Lanzó un bramido, se anticipó y le dio una fuerte patada a Catalina,
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