Zachary giró la cabeza y vio que Serenity no le miraba, sino que estaba recogiendo dos platos de comida. Echó una mirada de las comidas, todos menos uno de verduras verdes, que seguía siendo de marisco.

Los mariscos que Elisa le dio.

Caminó hacia Serenity y le quitó los dos platos de comida de las manos: —Ya que estoy dentro, te ayudaré a llevar la comida para que no tengas que hacer tantos viajes.

—Gracias, Señor York.

Ante esas palabras, Zachary, que estaba a punto de salir de la cocina, se detuvo y giró la cabeza para mirarla.

—¿Qué pasa?

Serenity recogió los otros dos platos de comida después de que él se los hubiera llevado. Al ver que él la miraba, bajó la vista hacia su ropa, que no estaba sucia.

—¿Puedes dejar de llamarme Señor York?

Zachary expresó el descontento en su corazón directamente.

Se convivía con Serenity, si se tenía algún insatisfacción, lo mejor sería decirlo sin rodeos. Serenity no tenía tiempo y intención para adivinar el pensamiento de los demás.

Serenity cumpl