—Sí, por eso no me he casado hasta ahora, porque no siento nada por ninguna de esas mujeres, y no puedo hacer que sean infelices el resto de sus vidas.

—Mi familia tenía tanta prisa y me organizó innumerables citas a ciegas. Cuando no quería ir, me enseñaban fotos de las chicas.

—En cuanto miraba a una chica unas cuantas veces más o hablaba con ella un poco más, mis padres pensaban que me gustaba, lo que me daba tanta impotencia que acababa alejándome de las mujeres para evitar que me malinterpretaran.

—Quiana, estaba preparado para estar soltero el resto de mi vida, pero luego recogí tus llaves en el aeropuerto de Wiltspoon, y había una pequeña foto en el llavero, y cuando te vi en la foto, inexplicablemente quise besarte, y mi corazón se aceleró, e incluso me puse rojo en la cara.

—Este sentimiento es algo que nunca he sentido antes, creo, que es un latido del corazón, la reacción de un hombre normal.

—Eres la única persona que Dios envió para salvarme.

Quiana se sentía como si estuv