Capítulo 2634
En lugar de identificarse inmediatamente, Sandra preguntó: — Disculpe, ¿está Enrique?

—¿Quién es?

Enrique salió del cuarto de baño. Acababa de terminar su ducha y se estaba frotando el pelo con una toalla.

Se quedó boquiabierto cuando vio a su esposa de pie en la puerta.

Pensó que se había equivocado y se frotó los ojos para volver a mirar, pero la persona que tenía delante era, efectivamente, Sandra.

—Cariño, esta señora te busca.

La mujer inclinó su cuerpo y le dijo a Enrique. En realidad adivinó que Sandra era la esposa de este viejo.

Sin embargo, no le importó.

No era la primera vez que la pillaban. Mientras no buscara hombres en los círculos de clase alta, no seria descubierta por el hombre que la mantenía.

El hombre casi no acudía a ella, quizá tenía tantas mujeres a su alrededor que se había olvidado de ella. Por suerte, él le daba dinero para gastar, y ella seguía diciendo al público como su amante, para que nadie se atreviera a dañarla.

—Querida, ¿ya volviste?

La cara de Enriq
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