Luna la vio y le dijo al conductor que parara.

—Chloe, ¿qué pasa? ¿Le pasa algo a tu coche?

Luna bajó la ventanilla y preguntó.

Chloe miró en la dirección de la voz, y cuando vio que era Luna, se acercó y dijo: —Mi coche se averió de repente, y no sé qué pasa.

—Que mi chófer te lo revise.

Luna indicó a su chófer que bajara del coche y ayudara a Chloe a revisar los problemas del coche.

El chófer de Luna no sólo era maduro y habil, sino que también sabía arreglar coches.

Luna también salió del coche. En cuanto salió del coche, los guardaespaldas la siguieron.

El chófer hizo una revisión y le dijo a Chloe: —Señorita Fisher, creo que será mejor que se ponga en contacto con el fabricante para que venga a remolcar su coche. Puedo arreglarlo, pero no llevo conmigo suficientes herramientas.

—Está bien, ya he contactado con alguien para que venga.

Chloe ya había contactado con el fabricante antes de encontrarse con Luna.

El chófer la miró, queriendo decir algo.

Tanto Luna como Chloe captaron co