—Señorita, lo siento, me temo que eso no es posible. Fue de ellos que recibí la noticia. Ahora han enviado a alguien a Wiltspoon para ver a la señora Stone.

Chloe se quedó en silencio unos instantes y después dijo: —Vale, lo entiendo. Entonces no se lo digas a Sandra, que no se entere.

Sentía que su madre le había arrebatado algo que no le pertenecía y que al final se lo iba a devolver.

La elección cayó en manos de Chloe.

Después de terminar la llamada, Chloe se apoyó en la pared del ascensor y se quedó mirando el techo, pensando algo.

Su familia era un desastre.

Para Chloe, si lo que estaba oyendo ahora era cierto, en ese caso las manos de su madre estaban manchadas de sangre, la sangre de sus tías.

En su ambición de poder, a Sandra ni siquiera le importaba la familia. Qué mujer tan cruel.

Chloe pensó para sí misma, ¿qué debería elegir?

¿Qué debería hacer?

Ella no podía hacer lo mismo que lo que había hecho su madre.

Aunque creció en el campo, era recta y amable, sabía distinguir el b