Sonny abrió la boca e intentó rebatir las palabras de Zachary, pero era demasiado pequeño para hacerlo, así que se quedó callado y descontento.

El estado ansioso de Sonny hizo que Zachary se echara a reír y le diera unos cuantos besos más fuertes en la carita.

El pequeño se asustó y apartó a Zachary con la mano, limpiándose la carita y dijo lleno de asco: —Tío Zack, me has manchado la cara de babas.

Zachary se rió y dijo: —Antes también me llenabas la cara de babas así.

Sonny volvió a dejar de hablar.

Cuando estaba casi en la puerta del despacho, luchó por librarse de los brazos de Zachary para caminar por su cuenta.

Zachary lo dejó en el suelo, él se acercó corriendo a Serenity y ladeó su bonita carita para quejarse: —El tío Zack me besó y me llenó la cara de babas, tía Seren, tienes que ayudarme a llenarle la cara de babas.

—El tío Zack ni siquiera me echa de menos, ya no le gusto tanto como antes.

Serenity sonrió y preguntó: ¿Te ha intimidado? Bueno, cuando lleguemos a casa, te ayud