Serenity vio a su hermana subiendo al coche y le adevertió.

Liberty le contestó sonriendo: —Es lo que yo debo advertirte. Conduces demasiado rápida. Creo que debes escuchar a Zachary y usas a un chófer.

Liberty era uno años mayores que Serenity, y naturalmente era más madura y serena. A Serenity le gustaba conducir rápida porque le encantaba la alegría causada por alta velocidad.

—Pero me gusta controlar el volante y disfrutar de la velocidad.

Liberty se rió sin remedios al oír esto.

Las dos se despedimos en la entrada del jardín de infancia. Librety volvió a su cafetería, y Serenity, a su librería.

La librería ya estaba abierta y Jasmine estaba limpiando las estanterías con el plumero. A estas horas, los estudiantes estaban en el colegio y la librería estaba muy tranquila.

Jasmine dijo a los guardaespaldas que se marcharan, se iba a quedar en la librería todo el día, no tenía sentido dejar guardaespaldas en la puerta como para no asustar a los estudiantes.

Serenity aparcó el coche, se