Lucas respondió: —Si llega ese día, definitivamente te invitaré a mi boda y serás mi padrino. Asegúrate de tener tiempo libre.

Kevin se rio: —No te preocupes, asistiré por supuesto. Me temo que no podré ser tu padrino en esta vida, pero aún espero con ansias ser tu novio.

Al ver que Lucas estaba tan enfadada que no tenía nada que decir y parecía querer echarlo, Kevin salió con una sonrisa.

El viaje de Kevin esta noche no fue en vano. Había confirmado que su abuela no le mintió: Lucas era realmente una mujer.

Tan pronto como Kevin se fue, Lucas cerró la puerta de golpe.

No tenía prisa por bajar las escaleras para evitar que otros los vieran bajando juntos, lo que solo se convertiría en tema de chismes para los demás.

Volvió al sofá y se sentó, recostándose contra el respaldo.

Lucas frunció el ceño mientras pensaba.

«¿Cómo supo Kevin que yo era mujer?»

—Riiin, riiin...

El teléfono sonó.

Lucas sacó su celular y miró la llamada: era su madre.

Había pasado un día y sus padres solo la llamar