Jasmine sonrió y llamó a Ethan por su nombre, para que él no se sintía incómodo.

Pensó que, aunque los cuñados de Serenity tenían temperamentos diferentes, todos eran excepcionalmente guapos.

Más guapos que los protagonistas de las novelas que leía todos los días.

—Abuela, me has traído tantas cosas, qué son estos.

Serenity puso la bolsa sobre la caja y la abrió para mirar.

—Nada, sólo que hay demasiados suplementos en casa, y nosotros los mayores los tomamos tanto, el efecto será contraproducente, así que te traigo algo. Vosotros los jóvenes trabajáis todos los días y estáis muy cansados, puedes tomar estos suplementos.

La anciana dijo: —También hay algo de marisco, tu suegra me pidió que te lo trajera, sabe que lo que más te gusta es el marisco.

—Ahora Zachary y yo nos alojamos en Villa de Cumbre, donde no falta de nada.

Aun así, estaba agradecida de que su suegra hubiera pensado en ella y le hubiera traído tanto de su comida favorita.

—Ya me lo pidió, así que tuve que traerte las co