—Ally, ¿sigues vomitando? ¿Estás embarazada de tres meses?

Preguntó la abuela May con preocupación.

Alice, que estaba sentada no muy lejos, respondió: —Sí, tres meses, pero sigo vomitando después de comer. Solo me siento mejor después de vomitar. Mi mamá dijo que podría vomitar hasta que nazca el bebé.

Aunque los síntomas de embarazo eran fuertes y hacían que Alice se sintiera molesta por los vómitos, eso no le impedía amar a su bebé en absoluto.

Después de un tiempo, ella podría sentir los movimientos fetales.

Cuando tenía tres meses, fue al hospital para establecer un registro de control prenatal y se realizó un ultrasonido. Vio el informe del médico que indicaba que el movimiento fetal era bueno.

Aunque los movimientos eran sutiles y todavía no los podía sentir.

Según el libro, los movimientos fetales se podían percibir claramente después de las dieciséis semanas y, a medida que el feto crece, los movimientos fetales se volverían cada vez más evidentes.

En ese entonces, Clive inclus