La Abuela oyó que Serenity indagaba sobre lo qué le gustaba a Zachary y vio esperanzas en el futuro de la pareja. Le contó encantada a Serenity las preferencias de su nieto mayor e incluso cosas privadas como su color favorito de ropa interior.

Toda la ropa de Zachary se confeccionaba a la medida y se entregaba a su puerta una vez terminada. La Abuela May las veía y, por lo tanto, sabía de qué color le gustaba la ropa interior a Zachary.

"Seren, no hay muchas cosas que le gusten a Zachary, así que no hace falta que pienses mucho en ello. Solo cómprale algo de ropa. Te diré su talla".

"¿Y si no le gusta lo que le compro?".

La anciana sonrió. "Lo que cuenta es la intención. Es asunto suyo si se lo pone o no, pero creo que se lo pondrá".

A aquel chico le gustaba ocultar sus sentimientos.

Fingía desagrado por la ropa que le compraba su mujer, pero aun así se la ponía para ir a la oficina para presumir de ella.

Aunque la Abuela May ya no estaba a cargo de los asuntos de la empresa,