Capítulo 979
Berta se quedó un poco incómoda.

—Mamá, hoy en la tienda gracias a Santiago... Estuvo ocupado todo el día y no comió nada, así que...

—¡Ya verás, te ayudo!

—¿Qué?

Antes de que pudiera decir nada, oyó que Mónica abrió la puerta de la cocina y dijo sin rodeos: —¡Chico! ¡Retira el plato!

Santiago se quedó helado e inconscientemente miró a Berta.

Y Berta volvió la cara, llorando y riendo.

—¡Entra! —Mónica agitó la mano.

El chico tuvo que entrar rígido en la cocina con el plato y la cuchara en la mano.

Mónica sonrió y levantó una ceja, mirando hacia el fregadero. —¡Mételos!

Santiago hizo lo que ella le dijo.

—¡Lava los platos y la olla de paso!

Santiago la miró sin comprender.

En los pocos días que llevaba aquí, no había hecho ninguna tarea. La última vez que había cocinado para Berta, convirtió la cocina en una zona de guerra, y Mónica había acabado limpiándola.

¿Y qué quería Mónica en este momento?

¿Enseñarle?

Santiago estaba un poco confundido... No es que no quisiera hacer las tareas do
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