Capítulo 959
Berta levantó las orejas.

Miraba fijamente al techo con ambos ojos, sus pequeñas manos agarraban la sábana, sus huesos blancos.

Aún le dolía la cabeza, pero todo se perfilaba en su mente.

Fue apuñalada por la espalda por Alita.

Esquivó la bebida de Alita, pero no se protegió del hecho de que pagaría a alguien para que hiciera su trabajo por ella.

El pañuelo que le cubría la boca y la nariz tenía esta asquerosa droga.

Entonces...

¡Y ni siquiera sabía por quién estaba siendo violada!

A Berta se le pusieron los ojos vidriosos y no tardaron en caerle grandes lágrimas por las comisuras de los ojos.

Esa noche se quedó despierta toda la noche.

Había una llamada de casa en el teléfono, una llamada de su hermano y un mensaje de Eva.

Ajustó sus emociones y volvió a teclear una a una.

Mamá, papá y su hermano estaban en casa y ella les dijo que todo iba bien y que estaba tan cansada que durmió en el dormitorio del colegio.

Sonrió al decir esto, temerosa de que oyeran que no sonaba bien y mintiera
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