Capítulo 885
Luna intentó rodearla con los brazos mientras le acariciaba la espalda... Como una niña que se aferraba a su madre.

—Buena chica, no llores—susurró Luna—, estoy aquí, está bien...

—¡Vale! Soledad asintió y esbozó una sonrisa sincera.

—Su Alteza, ¿me protegerá?

—Sí—Luna soltó una risita.

—¿Por qué?

—Tú, tú eres mi bebé.

—Alteza, ya dije que su bebé está ahí—Soledad sonrió y señaló la almohada.

Luna se quedó de piedra, como si se hubiera dado cuenta de algo, y sonrió avergonzada. Tomó la almohada con una mano y abrazó a Soledad con la otra, ambas estaban en sus brazos.

—¡Todos! —Dijo alzando la voz—. ¡Todos son mis bebés!

Soledad sonrió fuertemente, y en su corazón brotó la felicidad.

En ese momento hubo sonido en la puerta.

Soledad se levantó alerta y, antes de que pudiera acercarse, el hombre había entrado.

—¡Presidente Ramírez! —A Soledad se le iluminaron los ojos.

Ánsar hizo un gesto y miró a su alrededor, no había nadie, preguntó en voz baja a Soledad: —¿Cómo está Su Alteza estos úl
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