"No digas eso, tía Alonso", dijo Polo con respeto hacia sus mayores. "El abuelo mencionó a usted y a tío en la cena antes de ayer, y me pidió que les enviara sus saludos en el evento".

"Gracias por la preocupación de su abuelo", asintió ligeramente la señora Alonso. "Su abuelo siempre ha cuidado mucho de nuestra familia Alonso, y no somos personas ingratas... ¡Si hay algo en lo que podamos ayudar, no dude en pedirnos!".

"Está bien".

Después de intercambiar unas palabras de cortesía, Polo se fue a socializar con otros invitados.

Serena temblaba por todo el cuerpo, con las manos y los pies helados, sintiendo una opresión en el pecho.

La señora Alonso la miró con desaprobación y dijo fríamente: "Aquí ya estamos tu padre y yo, si no te adaptas al ambiente aquí, puedes volver a casa primero".

"Mamá", Serena se preocupó, "el abuelo de la familia Juárez ya ha aceptado mi matrimonio con Polo, ¡por qué quieres detenerlo!"

"¡Porque tengo dignidad!" exclamó la señora Alonso con firmeza.

Serena mo