De repente, el ambiente se volvió incómodo.Todos miraban fijamente los platos que tenían delante, pero ninguno movía los cubiertos. Todos esperaban a ver qué iba a pasar.Efectivamente, el rostro de Domingo se hundió y su mirada se clavó en Carlos como una espada.Polo sonrió fríamente.En cuanto al conocimiento de su abuelo, nadie en toda la falimia Juárez lo conocía mejor que él. Domingo odiaba sobremanera que la gente de su propia familia se acercara demasiado a la gente de fuera. Y Carlos utilizó una vez este punto para decir que Polo estaba más cerca de la familia de su madre, despertando así el descontento de Domingo.Polo levantó los ojos para mirarle y esbozó una significativa sonrisa.Hacerlo hoy era simplemente hacer a los demás lo que les habían hecho a ellos.—¡Polo! —Carlos tartamudeó enfadado—. Tú, ¿qué balbuceas delante de tanta gente?—¡Papá, no le creas, seguro que Polo está enfadado y se burla de mí otra vez!—Me has ofendido al decir eso —Polo dijo lentamente—. Mi a
Aquellos ojos profundos y severos hicieron temblar a Serena.—Polo... —Serena rio secamente dos veces—. Solo estoy preocupada, ya que pareces tener prisa...—Una pequeñez —dijo fríamente Polo—. No te molesta.—¿Tan molesto estás conmigo? —Serena se mordió el labio—. Habrá muchos negocios entre nuestras dos familias en el futuro...—No te preocupes por eso, mantendré mis asuntos públicos y privados separados —Su tono era llano—. Si tienes algo que ver con el trabajo, ven a mi despacho.Serena pensó que se estaba relajando con ella y respondió alegremente, —¡Vale!Omar detuvo el coche y Polo estaba a punto de subir cuando se dio cuenta de que Serena le seguía.Frunció el ceño y la miró con rostro inexpresivo: —Señorita Alonso, como le he dicho, soy un hombre separar claramente de asuntos públicos y privados.Serena se quedó helada.—¡Ahora tengo un pequeño asunto personal que atender! —Dijo palabra por palabra—. ¡No hace falta que me sigas!Se subió al coche y se fue.Serena se quedó en
Polo vio el número, era de la Universidad de Ciudad Central, pero empezaba por 02. Si no recordaba mal, debía de ser la línea exclusiva del consejo escolar.Un tercio de los administradores de la Universidad de Ciudad Central eran fuerzas asociadas a la familia Alonso.Las comisuras de sus labios se curvaron ligeramente y enseguida comprendió.—¿Qué pasa? —Lucía le miró con cierta preocupación—. No debería haber ningún problema con este número, ¿verdad?—Está bien, esperadme.Polo se dio la vuelta y salió al balcón.Lucía estaba de pie en el salón con la mirada perdida mientras hacía varias llamadas telefónicas en rápida sucesión, con la voz baja, el habla pausada, el porte tranquilo y sin prisas.Este debería ser el estilo de un rey...Su corazón se agitó ligeramente y bajó los ojos, sus mejillas se calentaron un poco.—Hermana —le preguntó Emilio en un susurro—. ¿Crees que cuñado realmente tiene una solución?—Bueno, debería —Su voz era diminuta e inaudible.—Vale... —Emilio asintió
Polo, el hombre de 1,9cm, le cogió la mano y bajó la cabeza delante de ella, mirándola y sonriendo suavemente, —Lucí, mirá qué tarde es ahora...—Bueno, ¿y qué?—Entonces, ¿puedo no irme? —Discutió con ella—. Está muy oscuro, y no es seguro para mí viajar de vuelta. ¿Te parece bien que vuelva solo?Lucía soltó una carcajada que le hizo doler el estómago.Lo empujó tan fuerte como pudo hacia la entrada de la residencia, pero Polo era tan alto que ella no pudo sacudirlo con todas sus fuerzas.Con demasiada fuerza, perdió el equilibrio y cayó directamente en sus brazos...Polo aprovechó la situación para estrechar su agarre alrededor de su cintura, pasando su otra mano por su columna vertebral hasta su cuello y agarrándole suavemente la nuca.Lucía tuvo que encontrarse con su mirada para ver las dos bolas de deseo que ardían en sus ojos.Su corazón latió con fuerza y su carita se sonrojó, mirando hacia otro lado.—No... No lo hagas —Ella apretó contra el pecho de él, sintiendo un calor ab
Los ojos de Serena se oscurecieron por un momento al ver a Lucía.Pero pronto volvió a mostrarse natural, sonriendo. Se acercó y le saludó amablemente, —¡Hola, Sr. Polo!A Lucía se le apretó el corazón e inconscientemente miró a Polo.La intuición de una mujer siempre era aguda.—¡Oye, Sr. Polo! —Serena se puso de pie y se acomodó frente a los dos hombres, mirando a Lucía de arriba abajo—, Esta es la Srta. García, ¿no?Lucía asintió con la cabeza cortésmente a modo de saludo.Polo no tenía buena cara. Su ceño se tensó ligeramente y preguntó con voz fría: —¿Qué haces aquí?—¡El abuelo te dijo que volvieras! —Serena agravó deliberadamente su tono—. ¡Sabía que Omar no podía persuadirte, así que tuvo que dejarme venir!Los ojos de Lucía se oscurecieron.Omar era el amigo íntimo de Polo y la persona más fiable de su entorno.Ni siquiera este pudo persuadirle, ¿y esta mujer sería capaz de hacerlo con éxito en cuanto interviniera?¿Por qué tuvo que enviarla Don Juárez?¿No estaba diciendo est
Luis estaba preparado y sacó a relucir toda la retórica pensada de antemano.—Sr. Polo, no conoces la verdad. Ese chico no solo no tiene la edad adecuada, sino que sus notas fueron falsificadas. Bueno, creo que es una buena idea cancelar su inscripción en la escuela debido a su edad, después de todo, ¡es aún peor hablar de sus calificaciones falsificadas!—¿No había un vigilante presente cuando hizo el examen?—Sí lo hay, es solo que...—Solo tú le echas la culpa de errores que no existen —añadió Polo en voz seria—, ¡Así que haga lo que haga está mal!Esta reacción le hizo el juego a Luis.Sonrió débilmente, esperando que Polo reaccionara un poco más para poder aprovechar la oportunidad de ofrecerse a ayudar a Emilio a recuperar su escolaridad y mencionar mientras tanto el matrimonio entre la familia Juárez y la familia Alonso...No sabía cuál era la relación entre Emilio y Polo, pero como este último se había acercado a él, significaba que era alguien importante para él.Luis se ender
Así que respiró hondo y asintió repetidamente: —Sr. Polo, no te preocupes. ¡Lo conseguiré!—Bueno, Sr. Alonso, creo que eres eficiente. Así que... —Polo se sentó de nuevo en su silla, con la mirada encendida, y dijo palabra por palabra—, ¡Hazlo ya!—¿Qué? ¡Ahora!—Sí —dio una sonrisa—, Llama delante de mí y arregla que lo haga tu gente. Si no puedes hacerlo hoy, te pediré que haga una indulgencia y te quedes en mi club....Emilio volvió a la Universidad de Ciudad Central para continuar sus estudios.Lucía, por su parte, se presentó ante Polo con la cabeza gacha y desesperada tras haber agotado todas las opciones para conseguir una entrevista exclusiva con Daniel.Polo la llevó al patio de recreo.El enorme lugar había sido desalojado con antelación para que solo estuvieran ellas dos, y todas las instalaciones estaban abiertas únicamente para ella.Polo la cogió de la mano y la condujo al tiovivo, donde Lucía subió y bajó a lomos del caballo, animada por la música de ensueño.El hombr
Lucía frunció ligeramente el ceño.Sin embargo, antes de que pudiera decir nada, solo vio que a la asistente le cambiaba la actitud al instante.—¡Hola, Sr. Noah! —ella salió corriendo apresuradamente de la recepción para saludarlo, con una sonrisa—, ¡Qué honor tenerte aquí! Jajaja...Las estridentes carcajadas incomodaron mucho a Lucía.La asistente corrió todo el camino para recibir al periodista. Lucía le echó un vistazo. Él era un veterano muy famoso en la industria y era amigo de muchas de las estrellas principales.—¡Adelante, por favor! —La ayudante se rio y, sin saber si fue deliberada o no, le dio un fuerte tirón con el hombro al pasar junto a Lucía.—¡Por fin estás aquí, Sr. Noah! ¡No sabes, siempre hay esos insolentes reporteros que vienen aquí a causar problemas! Oye, me alegro de que Daniel esté libre hoy. ¡Estoy esperando tu entrevista!—Tu escritura es tan extraordinaria que tus artículos siempre están de moda. Jaja...Los dos entraron y Lucía se quedó fuera, con sus peq