Polo vio el número, era de la Universidad de Ciudad Central, pero empezaba por 02. Si no recordaba mal, debía de ser la línea exclusiva del consejo escolar.Un tercio de los administradores de la Universidad de Ciudad Central eran fuerzas asociadas a la familia Alonso.Las comisuras de sus labios se curvaron ligeramente y enseguida comprendió.—¿Qué pasa? —Lucía le miró con cierta preocupación—. No debería haber ningún problema con este número, ¿verdad?—Está bien, esperadme.Polo se dio la vuelta y salió al balcón.Lucía estaba de pie en el salón con la mirada perdida mientras hacía varias llamadas telefónicas en rápida sucesión, con la voz baja, el habla pausada, el porte tranquilo y sin prisas.Este debería ser el estilo de un rey...Su corazón se agitó ligeramente y bajó los ojos, sus mejillas se calentaron un poco.—Hermana —le preguntó Emilio en un susurro—. ¿Crees que cuñado realmente tiene una solución?—Bueno, debería —Su voz era diminuta e inaudible.—Vale... —Emilio asintió
Polo, el hombre de 1,9cm, le cogió la mano y bajó la cabeza delante de ella, mirándola y sonriendo suavemente, —Lucí, mirá qué tarde es ahora...—Bueno, ¿y qué?—Entonces, ¿puedo no irme? —Discutió con ella—. Está muy oscuro, y no es seguro para mí viajar de vuelta. ¿Te parece bien que vuelva solo?Lucía soltó una carcajada que le hizo doler el estómago.Lo empujó tan fuerte como pudo hacia la entrada de la residencia, pero Polo era tan alto que ella no pudo sacudirlo con todas sus fuerzas.Con demasiada fuerza, perdió el equilibrio y cayó directamente en sus brazos...Polo aprovechó la situación para estrechar su agarre alrededor de su cintura, pasando su otra mano por su columna vertebral hasta su cuello y agarrándole suavemente la nuca.Lucía tuvo que encontrarse con su mirada para ver las dos bolas de deseo que ardían en sus ojos.Su corazón latió con fuerza y su carita se sonrojó, mirando hacia otro lado.—No... No lo hagas —Ella apretó contra el pecho de él, sintiendo un calor ab
Los ojos de Serena se oscurecieron por un momento al ver a Lucía.Pero pronto volvió a mostrarse natural, sonriendo. Se acercó y le saludó amablemente, —¡Hola, Sr. Polo!A Lucía se le apretó el corazón e inconscientemente miró a Polo.La intuición de una mujer siempre era aguda.—¡Oye, Sr. Polo! —Serena se puso de pie y se acomodó frente a los dos hombres, mirando a Lucía de arriba abajo—, Esta es la Srta. García, ¿no?Lucía asintió con la cabeza cortésmente a modo de saludo.Polo no tenía buena cara. Su ceño se tensó ligeramente y preguntó con voz fría: —¿Qué haces aquí?—¡El abuelo te dijo que volvieras! —Serena agravó deliberadamente su tono—. ¡Sabía que Omar no podía persuadirte, así que tuvo que dejarme venir!Los ojos de Lucía se oscurecieron.Omar era el amigo íntimo de Polo y la persona más fiable de su entorno.Ni siquiera este pudo persuadirle, ¿y esta mujer sería capaz de hacerlo con éxito en cuanto interviniera?¿Por qué tuvo que enviarla Don Juárez?¿No estaba diciendo est
Luis estaba preparado y sacó a relucir toda la retórica pensada de antemano.—Sr. Polo, no conoces la verdad. Ese chico no solo no tiene la edad adecuada, sino que sus notas fueron falsificadas. Bueno, creo que es una buena idea cancelar su inscripción en la escuela debido a su edad, después de todo, ¡es aún peor hablar de sus calificaciones falsificadas!—¿No había un vigilante presente cuando hizo el examen?—Sí lo hay, es solo que...—Solo tú le echas la culpa de errores que no existen —añadió Polo en voz seria—, ¡Así que haga lo que haga está mal!Esta reacción le hizo el juego a Luis.Sonrió débilmente, esperando que Polo reaccionara un poco más para poder aprovechar la oportunidad de ofrecerse a ayudar a Emilio a recuperar su escolaridad y mencionar mientras tanto el matrimonio entre la familia Juárez y la familia Alonso...No sabía cuál era la relación entre Emilio y Polo, pero como este último se había acercado a él, significaba que era alguien importante para él.Luis se ender
Así que respiró hondo y asintió repetidamente: —Sr. Polo, no te preocupes. ¡Lo conseguiré!—Bueno, Sr. Alonso, creo que eres eficiente. Así que... —Polo se sentó de nuevo en su silla, con la mirada encendida, y dijo palabra por palabra—, ¡Hazlo ya!—¿Qué? ¡Ahora!—Sí —dio una sonrisa—, Llama delante de mí y arregla que lo haga tu gente. Si no puedes hacerlo hoy, te pediré que haga una indulgencia y te quedes en mi club....Emilio volvió a la Universidad de Ciudad Central para continuar sus estudios.Lucía, por su parte, se presentó ante Polo con la cabeza gacha y desesperada tras haber agotado todas las opciones para conseguir una entrevista exclusiva con Daniel.Polo la llevó al patio de recreo.El enorme lugar había sido desalojado con antelación para que solo estuvieran ellas dos, y todas las instalaciones estaban abiertas únicamente para ella.Polo la cogió de la mano y la condujo al tiovivo, donde Lucía subió y bajó a lomos del caballo, animada por la música de ensueño.El hombr
Lucía frunció ligeramente el ceño.Sin embargo, antes de que pudiera decir nada, solo vio que a la asistente le cambiaba la actitud al instante.—¡Hola, Sr. Noah! —ella salió corriendo apresuradamente de la recepción para saludarlo, con una sonrisa—, ¡Qué honor tenerte aquí! Jajaja...Las estridentes carcajadas incomodaron mucho a Lucía.La asistente corrió todo el camino para recibir al periodista. Lucía le echó un vistazo. Él era un veterano muy famoso en la industria y era amigo de muchas de las estrellas principales.—¡Adelante, por favor! —La ayudante se rio y, sin saber si fue deliberada o no, le dio un fuerte tirón con el hombro al pasar junto a Lucía.—¡Por fin estás aquí, Sr. Noah! ¡No sabes, siempre hay esos insolentes reporteros que vienen aquí a causar problemas! Oye, me alegro de que Daniel esté libre hoy. ¡Estoy esperando tu entrevista!—Tu escritura es tan extraordinaria que tus artículos siempre están de moda. Jaja...Los dos entraron y Lucía se quedó fuera, con sus peq
—Vale —Lucía asintió con la cabeza.Polo la miró, con un toque de calidez en sus profundos ojos, y apretó su pequeña mano en la palma.—Él te llevará más tarde, y el resumen de la entrevista que te quedaste a hacer no será en vano.—¿Qué? —Los ojos de Lucía se abrieron de par en par.El hombre mayor de mediana edad que tenía delante parecía sencillo y amable, nada que ver con alguien de la industria del entretenimiento.—No te preocupes —Polo se rio—. Gerente Bucham tiene mucha experiencia.Terminando su café, Lucía se paró de nuevo frente al estudio de Daniel.Respiró hondo y entró, sin dejar de encontrarse con la mirada de disgusto de su ayudante.—¡Ay! —la ayudante dio una risa fría mientras se drogaba con semillas de melón, —¡Cómo algunas personas son como las moscas, no me las puedes alejar!—Te he dicho que Daniel no está disponible, ¿y todavía no te vas?—Pero acabo de ver entrar a un periodista —La actitud de Lucía era desenvuelta—. Además, solo quiero concertar una cita y espe
El rostro de Josh palideció y gotas de sudor brotaron de su frente.La asistente temblaba de miedo cuando oyó gritar a Josh: —¡Ven aquí!Inmediatamente le flaquearon las piernas y no podía mantenerse en pie agarrada a la mesa, ni mucho menos acercarse a ellos.—Supervisor Hunt... —El rostro de la ayudante estaba pálido, mirando aturdida a Lucía.Nunca se habría imaginado que la persona de la que acababa de reírse fuera tan importante.¡Incluso Gerente Bucham tenía que tratarla con respeto!—¿Qué acabas de balbucear? —Josh regañó con severidad.—Yo... no lo hice...—¡Estás mintiendo! —Josh la miró fijamente—. ¿Qué hizo Daniel para llegar de la nada a donde está hoy? Incluso cuando era una estrella de cine, ¡nunca se da aires! ¡Ni menosprecia a nadie!—¡Nunca pensé que tendría a alguien como tú cerca! Esto es tan peligroso...—Sí —Gerente Bucham se rio ligeramente—, Afortunadamente para él, era nuestra señorita García, si hubiera sido cualquier otro periodista, ¡no se sabe lo que habrían