Capítulo 980
—Déjalo ahí y no te muevas, yo me encargo de limpiarlo.

Teresa detuvo a Ana rápidamente, temiendo que siguiera con sus torpezas y terminara lastimándose la mano.

—¿Tienes algún problema con Lucas? —preguntó Teresa, mientras recogía hábilmente los fragmentos de vidrio del suelo.

Ana se quedó perpleja por un momento, evitando la mirada.

—No, no pasa nada.

—No me ocultes nada. El otro día lo llamé y ni siquiera sabía que te habían llevado la policía. Si algo pasa en la empresa, ¿cómo es posible que él, siendo el director general, no esté al tanto? ¿Qué diablos pasó?

La mirada de Teresa se clavó en Ana, sin darle margen para evadir el tema.

Ana bajó la mirada, y una oleada de tristeza surgió en su corazón. Detalló todo lo que había ocurrido en los últimos días.

Teresa, por supuesto, creyó cada palabra que dijo su hija. Al terminar de escucharla, no pudo evitar fruncir el ceño. No podía creer que Silvia fuera tan maliciosa. Para captar la atención de Lucas, incluso estaba dispuesta a intent
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