Capítulo 945
Al día siguiente por la mañana,

Teresa se levantó temprano para preparar la comida. Siguiendo sus instrucciones, Ana llevó la comida para visitar a Silvia en el hospital.

Al llegar a la habitación, Alicia estaba a punto de salir para comprar comida para Silvia. No se alegró al ver a Ana.

—¿Qué haces aquí?

—Traje el desayuno para tu prima como prometí. Lo hizo mi madre, es muy saludable. Alicia, tú también puedes probarlo —respondió Ana con una sonrisa. Sin embargo, Alicia no confiaba en su buena voluntad.

—Jaja, qué considerada eres. Pero no pienso aceptar tu ofrecimiento —replicó Alicia, enfatizando las últimas palabras de una manera sarcástica.

Ana optó por hacer oídos sordos. En ese momento, Silvia, al escuchar voces, preguntó:

—¿Quién es?

—Soy yo, Ana.

Al saber que Ana estaba allí, Silvia se mostró contenta y la invitó a entrar, pidiendo a Alicia que se fuera a comer.

Inicialmente, Alicia no quería irse, pero la idea de tener que soportar la presencia de Ana le era in
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