¿Será que realmente lo había malinterpretado?

Esta conjetura se había convertido en una tortura, dejando a Jose inquieto día y noche. Pero en esta videollamada, encontró que el color de la piel de Ana había mejorado mucho, y no parecía como alguien que hubiera contraído una enfermedad grave.

Estaba algo desconcertado, pero también un poco aliviado. ¿Acaso el supuesto virus era simplemente una reputación inflada? Tal vez no tenía mucho poder. No era del todo imposible, especialmente considerando que el hombre le había dicho esas palabras mientras estaba borracho, y una persona ebria podría fácilmente exagerar.

"Quizás ese supuesto virus mortal no sea tan fuerte, y solo quería asustarme para que no tocara nada", se consoló Jose así mismo.

Al ver a su pequeño pensativo, Ana pensó que estaba nervioso por la escuela y le sonrió, consolándolo:

—No hay de qué preocuparse. Estarás en la misma escuela que Javier, y él puede ayudarte con lo que no entiendas. Si alguien se atreve a molestarte, él